Los cultivos transgénicos producen más alimento y reducen la huella ambiental

maíz

La Fundación Antama quiere aprovechar la época de siembra del maíz en España, único cultivo modificado genéticamente en nuestro país, para recordar el valor que dichas producciones tienen tanto para la empresa agraria española, como la producción de alimentos y para el medioambiente

Los agricultores españoles se encuentran en plena época de siembra del maíz, único cultivo que en España incorpora modificaciones genéticas. Más del 23 por ciento del maíz cultivado el pasado año en España fue transgénico.

La Fundación Antama quiere poner de manifiesto que las semillas transgénicas son una herramienta a la que ni el sector agrario ni la sociedad debe renunciar. Con un objetivo para 2050 de 9.000 millones de habitantes en todo el mundo, una necesidad de incrementar la producción de alimentos en un 70 por ciento y una capacidad de aumentar la superficie agraria mundial solo del 5 por ciento, es imprescindible apostar por todas las tecnologías que la ciencia haya acreditado como seguras, que permitan producir más volumen de alimento por unidad de superficie y que mejoren la sostenibilidad ambiental en su uso.

En el caso de la producción de alimentos, cualquier avance que por kilo de producto permita un menor consumo de agua, de fertilizantes, de fitosanitarios, de energía, de suelo, debe ser bienvenido, sin por ello olvidar que el consumo racional y eficiente de todos los inputs agrarios es necesario para una producción alimentaria segura y suficiente.

En este sentido hay que recordar que la tecnología transgénica ha permitido optimizar el uso de fitosanitarios, las también llamadas medicinas para las plantas. En el caso del maíz Bt cultivado en la UE se ha reducido en valor absoluto la aplicación de plaguicidas entorno al 10 por ciento y en el caso de las variedades que a nivel mundial incorporan la tolerancia a herbicidas, se ha permitido optar por un producto de amplio espectro y de menor persistencia, así como favorecer la consolidación de los modelos de agricultura de conservación.

En los futuros avances tecnológicos que ya se encuentran en puertas de incorporarse al mercado mundial destacan las variedades de cereales resistentes a sequía, los maíces para pienso que reducirán el impacto ambiental de las explotaciones de porcino o las nuevas variedades de arroz con mejoras nutricionales, entre otros.

Frente a un desarrollo tecnológico imparable, con 148 millones de hectáreas cultivadas por 15,4 millones de agricultores, en la Unión Europea seguimos en el vagón de cola con poco más de 91.000 hectáreas y una mínima parte de la tecnología transgénica que ya está extendida en el mercado mundial. En este escenario, la agricultura española se encuentra en la vanguardia europea en la aplicación de este desarrollo tecnológico.

www.infoagro.com

Deja una respuesta