Los daños fueron ya muy importantes y visibles tras las heladas en las hortalizas, pero la evolución del cultivo con el paso de los días revela que los daños son muy relevantes también para los cítricos de determinadas zonas en las que se ven campos muy afectados.
En la comarca de la Ribera, además de las pérdidas de la actual campaña, podría llegar a perderse la mitad de la producción de naranjas y mandarinas de la próxima campaña y un 30% del arbolado según las zonas. En esta comarca las heladas de diciembre y enero se pueden considerar en determinadas zonas de la misma incluso peores que las del año 2005, de las que aún están regenerando los árboles pese al tiempo transcurrido.
Con esta situación seguro que los daños serán superiores a los valorados inicialmente por LA UNIÓ debido a la pérdida de la producción potencial de las próximas campañas. Del último episodio de heladas, entre mitad y final de enero, las pérdidas directas se estimaban en unos 125 millones de euros y las indirectas en unos 29 millones de euros en concepto de mano de obra, manipulación y transporte que se iba a dejar de emplear. A todas esas últimas pérdidas habría que añadir las que ya se ocasionaron a mediados y finales de diciembre por otro temporal de viento y heladas y que fueron superiores a los 150 millones de euros.
Pese a la magnitud de los daños, la Conselleria de Agricultura no ha puesto en marcha una comisión de seguimiento, tal y como solicitó en su día LA UNIÓ de Llauradors, para analizar la evolución de las heladas en la Comunitat Valenciana y sigue sin proponer ayudas para los afectados quienes desconocen por tanto si se van a aprobar las mismas y en qué van a consistir.
Lo lógico ante un problema como éste sería analizar la situación entre todos los agentes del sector, consensuar posibles ayudas e instar luego con un informe al Gobierno central a complementar las mismas y a apoyar con reducciones fiscales y de la cuota de la Seguridad Social. En las heladas de 2005 hubieron ayudas cofinanciadas tanto de la Generalitat como del Gobierno central.
La gravedad del problema de las heladas se une a los bajos precios que han percibido los productores de cítricos durante esta campaña y las anteriores, circunstancia que podría provocar más abandono de campos durante los próximos años.
LA UNIÓ