A pesar de que en la economía general los expedientes de regulación de empleo registran una tendencia de descenso, en la industria de alimentación, bebidas y tabaco presentan un crecimiento anual del 45´2%. Este aumento se debe fundamentalmente al incremento de los expedientes en el sector de fabricación de bebidas, que en último año ha sido del 77%. Por el contrario, la industria del tabaco, tan castigada a lo largo de 2009, registra una caída anual del 28´57% y en el último semestre de 2010 no registra ningún expediente de regulación de empleo.
El número de trabajadores y trabajadoras afectados por regulación de empleo en el conjunto de la industria de alimentación, bebidas y tabaco durante el último año también se han visto incrementado en un 1´42%. La más afectada ha sido la industria de la alimentación con un 12´4% de ERES. En el sector de fabricación de bebidas como en la industria del tabaco, las personas afectadas por ERES se reducen respecto al mismo periodo de 2009.
De todo ello se deduce que el sector de fabricación de bebidas ha sido el más golpeado por el número de expedientes de regulación de empleo, mientras que es en la industria de alimentación donde se produce el incremento más importante de las personas afectadas por este tipo de medidas.
Atendiendo al tipo de medidas aplicadas en la regulación de empleo, la extinción de empleo se ha reducido cerca de un 18%, mientras que la reducción de jornada se incrementa hasta un 79%.
Lamentablemente, hay que señalar que el pasado año 2010 ha sido el peor momento para la industria de alimentación, bebidas y tabaco, ya que se registra el mayor número de expedientes de regulación de empleo que afectan al mayor número de personas trabajadoras de la última década.
Sebastián Serena, Secretario de Política Industrial de la Federación Agroalimentaria de UGT, considera que “estos datos negativos que afectan al empleo de la industria de la alimentación tienen que ver, con toda seguridad, con dos cuestiones de actualidad, como son incremento del precio de las materias primas y la escasa financiación a las empresas”.
En los últimos años las cotizaciones de las materias primas se han disparado. Sólo en el pasado ejercicio, el precio del trigo ascendió un 91%, el del maíz un 57%, el de la soja un 33% y el del azúcar un 32%. “Ahora muchos de los productos considerados «de referencia» en el sector, como es el caso del maíz o la soja, tiene un coste hasta un 40% por encima de su precio de referencia. Este coste afecta directamente al precio de la cesta de la compra”, puntualiza Serena. La alimentación en general acumula un encarecimiento superior al 5,6% en lo que va de año, dos puntos por encima del IPC de febrero. Las materias primas se dispararon desde junio del pasado año hasta hoy por encima del 100% en algunos casos. A este dato habrá que sumar la imparable escalada del precio del petróleo, otra variable de los costes empresariales tanto en la producción, como en la transformación y distribución, afectando también al consumidor final.
Por otro lado, la escasa disposición de financiación disponible en nuestro país, afecta de manera esencial a la industria, especialmente cuando se trata de un tejido industrial tan atomizado (más del 90% de las empresas tiene menos de 200 trabajadores) y con una necesidad imperiosa de financiar sus actividades.
En tal situación, la Federación Agroalimentaria de UGT, destaca la necesidad de evitar la especulación de los mercados. Por ello, Sebastián Serena, exige al Ministerio de Medio Ambiente Marino y Rural que tome medidas al respecto. Del mismo modo, solicita al Gobierno que habilite las medidas necesarias para hacer fluir el crédito bancario, con el fin de que las empresas puedan financiar sus actividades y a su vez estas, mantengan el empleo y a la industria agroalimentaria como sector estratégico que es, para salir de la situación de crisis económica por la que atraviesa España.
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