Alberto Contador ha sido finalmente hoy absuelto por la Federación Española de Ciclismo (RFEC) después de presentar una serie de alegaciones a las que la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (ASOPROVAC) ha tenido acceso y en las que el corredor arremete impunemente y faltando a la verdad contra este sector productor, poniendo en tela de juicio los exhaustivos sistemas de control a los que se somete la carne de vacuno en la Unión Europea y, por ende, en nuestro país.
Dicho documento presenta numerosas imprecisiones y falsedades, ya que en el mismo Alberto Contador asegura que “en España todos los años se producen detenciones a ganaderos por engordar ilegalmente ganado con clembuterol”, algo absolutamente falso si se tiene en cuenta que los distintos controles sobre el terreno que realizan anualmente las autoridades públicas han resultado negativos y que los datos anuales que arroja el Programa Nacional de Investigación de Residuos (PNIR) en animales y productos de origen animal, llevado a cabo por nuestro gobierno muestran fehacientemente que del total de los 14.179 análisis realizados el último año en bovinos no ha existido en nuestro país NI UN SOLO CASO POSITIVO a clenbuterol.
El ciclista se permite además poner en tela de juicio los controles sanitarios que realizan las administraciones públicas, afirmando que son escasos, lo que le lleva a concluir que “la probabilidad de que una res engordada ilegalmente pase dichos controles es altísima”.
ASOPROVAC recuerda que estos controles son aleatorios y el número de muestras se establece bajo criterios científicos y estadísticos en función, entre otros, de la positividad hallada en años anteriores, es decir de la probabilidad de riesgo real de uso de clenbuterol para engorde ilegal de ganado en nuestro país.
En este sentido ASOPROVAC reitera una vez más que:
· El vacuno de carne europeo, y por tanto español, es la única especie ganadera que cuenta con un sistema de trazabilidad total que permite conocer todas y cada una de las empresas y operadores implicados en la producción, sacrificio y comercialización de sus productos y por tanto exigirles responsabilidades si las hubiere.
· Que el empleo fraudulento y la puesta en el mercado de sustancias prohibidas para el engorde de ganado como el clembuterol están contempladas en nuestro código penal como hechos constitutivos de delito contra la salud pública y penados, por tanto, con prisión de hasta cuatro años, multa e inhabilitación especial para ejercer la profesión de hasta diez años.
Contador alega también que “el clenbuterol a pesar de ser un producto que debe adquirirse con receta veterinaria, puede ser comprado fácilmente sin prescripción veterinaria alguna”. ASOPROVAC pone de relieve la nueva imprecisión que el corredor y sus asesores legales cometen con esta otra alegación, pues no existe ningún medicamento autorizado en nuestro país que contenga clenbuterol destinado a especies de abasto.
Por otra parte resulta muy poco creíble, según afirma Alberto Contador en sus alegaciones, que el propio dueño del matadero donde se sacrificó la res supuestamente tratada con clenbuterol, declare que “el animal no pasó control veterinario alguno”. De ser así estaríamos ante un claro caso de negligencia profesional con riesgo para la salud pública que debería denunciarse formalmente, ya que todos y cada uno de los animales destinados a consumo humano han de ser, en cumplimiento de la legislación vigente, sometidos a inspección veterinaria ante y post mortem.
Los productores de vacuno no entramos a valorar, por no ser de nuestra competencia, si Contador es o no culpable de la acusación de dopaje que se le imputa, de lo que si es a todas luces culpable es de tratar de limpiar su imagen, aprovechando el favor que gran parte de la opinión pública y la clase política española muestran hacia el deporte, a costa de todo un sector productor del que viven directa o indirectamente más de 150.000 familias en España. Y todo ello sin mostrar ni una sola prueba que confirme que la cantidad de clenbuterol hallada en su orina procede efectivamente del consumo de carne de vacuno.
Finalmente señalar que para ASOPROVAC sigue siendo incomprensible que el ciclista no interpusiese denuncia formal alguna por el supuesto delito contra la salud pública del que, según su versión fue víctima, en el mismo momento en que se le detectó el positivo a clenbuterol, allá por el mes de agosto, y que lamentablemente sea nuestra Asociación, en nombre de los más de 3.000 ganaderos que representa, la única parte afectada que ha decidido poner el caso en manos del Ministerio Fiscal.
AGA COMUNICACIÓN
Contador no ha manchado el nombre de nadie. Si apareció esa sustancia en la carne es porque alguien se la inyecto al animal vivo.
Aquí el único que ha manchado el nombre de los ganaderos que hacen las cosas bien y son legales, es quien no cumple la ley inyectando a los animales sustancias prohibidas.
Debe existir un registro de trazabilidad que demuestre que se le hizo a ese animal en cada momento del ciclo productivo es simplemente comprobar que pasó.
se quiere limpiar la cara a cuesta de los pobres ganaderos