Asaja y otras asociaciones de ganaderos han puesto especial hincapié en las últimas fechas en los daños ocasionados por el lobo en la Montaña de Riaño, unos daños que están poniendo en serio peligro la continuidad de la actividad ganadera y que se suman a los problemas de índole sanitario provocados por otras especies de ungulados salvajes al ser portadoras de enfermedades comunes con las de los animales domésticos – p.e. brucelosis y tuberculosis-. La propia Junta, que cifra en 19 las posibles mandas de lobos en la comarca de Riaño, reconoce el “incremento de daños en la ganadería en los últimos años” y lo atribuye tanto a que en la zona abunda el alimento por los censos de ungulados silvestres, como “al descenso en el aprovechamiento cinegético de la especie”. En tres años, tanto el número de ataques a la ganadería como de animales muertos se ha duplicado.
Asaja ha exigido que se incremente el número de autorizaciones para aprovechamientos cinegéticos, que se hagan los necesarios controles poblacionales con abatidas por parte de la Guardería y que se indemnice a los ganaderos por la totalidad de los daños ocasionados, unos daños que en la práctica únicamente se compensan, y deforma parcial, en las reservas de caza o en el Parque Nacional Picos de Europa. Esta necesidad de un mayor control de las poblaciones se reconoce en el informe, donde textualmente se dice que en la campaña 2009/10 “la extracción total de ejemplares se encuentra muy alejada de los que podían haberse capturado con un margen de seguridad, sin poner en peligro el estado de conservación favorable de la especie”.
Asaja está en desacuerdo que sea el sector ganadero el que soporte el elevado coste de la reintroducción de la especie en zonas en las que en las últimas décadas no existía o su presencia era esporádica y en ningún caso se pueden consentir poblaciones de lobos que pongan en peligro la principal actividad económica de toda una comarca, ya que si desaparece la ganadería el impacto económico y también medioambiental sería de consecuencias devastadoras y sin posibilidad de retroceso.
Asaja León