Ampliar a 220 metros esta distancia es una ‘sorpresa’ para el sector maicero que cree que responde a ‘una decisión política que no tiene ni base técnica ni científica’, declara Agustín Mariné
El Proyecto de Real Decreto sobre coexistencia de Cultivos Genéticamente Modificados con los Convencionales y Ecológicos que elaboran los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, y que se encuentra actualmente en proceso de consulta, baraja la posibilidad de aumentar a 220 metros la distancia mínima de aislamiento entre parcelas con cultivos genéticamente modificados y convencionales o ecológicos.
La Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) ya rechazó que el ministerio pretendiese ampliar a más de 25 metros esta distancia, sin embargo, tras la información infiltrada ayer, se mostró muy “sorprendida” ya que se trata, según manifiesta Mariné, “de una situación de abuso contra los transgénicos”.
Según destaca, los trabajos científicos de campo apuntan como suficiente para que no haya contaminación entre parcelas la distancia de 9 metros por lo que cree que es “una decisión política sin base técnica ni científica”.
Además, “la coexistencia reconoce que no hay un problema medioambiental sino que se trata de un problema de respetar al vecino”, dice el presidente de AGPME.
Entre otras cosas, obliga a la siembra de las zonas “tampón” que, según explica Mariné, son barreras que impiden el intercambio de polen y que consiste en la siembra con maíz convencional en el perímetro de la parcela de OGM.
Esta asociación ya abogó por la libertad de los agricultores a la hora de elegir entre una producción de cultivos modificados genéticamente, convencionales y orgánicos ‘cumpliendo, en cualquier caso con los requisitos legales de pureza, trazabilidad y etiquetado y atendiendo a la demanda de mercados y consumidores’
COAG-IR MURCIA