La celebración de la Feria Tecnoalimentaria en Barcelona entre los días 7 y 11 de marzo tiene a la seguridad en la alimentación como principal tema de debate. Las últimas crisis acaecidas en el sector ponen de manifiesto el vacío existente en cuanto al control de los procesos y las personas en la cadena alimentaria. El Centro de Seguridad Alimentaria (C.S.A.), tras varios años de análisis e investigación, ha sacado a la luz un Modelo Consolidado de Certificación de Personas destinado a minimizar este tipo de riesgos.
La creación del Modelo Consolidado de Certificación de Personas en el Ámbito Alimentario por la empresa C.S.A., tiene como objetivo la cualificación aptitudinal y actitudinal de las personas que forman parte de los procesos de la cadena alimentaria. Se trata de realizar una manipulación en las mejores condiciones higiénico – sanitarias, de tal forma que no se ponga en peligro la salud de los consumidores.
El hecho de que un 90 % de las contaminaciones alimentarias provenga de forma directa e indirecta de los manipuladores pone de manifiesto que no se ha actuado sobre el factor más importante de las industrias agroalimentarias, las personas. Esta ha sido una de las causas que ha impulsado al C.S.A. a la creación de esta herramienta, que tiene como bases fundamentales:
Probar la capacidad actitudinal y aptitudinal de una persona para desarrollar los trabajos de manipulador de alimentos en sus tres niveles de responsabilidad para 37 sectores de la industria alimentaria.
El compromiso de una persona con su salud y los riesgos que ésta puede provocar en su actividad.
La diferencia entre los distintos sectores de actividad en la industria alimentaria.
El seguimiento de la persona en cuanto a la actitud, compromiso y capacidad de la persona certificada respecto a los requisitos acordados.
El proceso de certificación comprende tres fases: formación, control higiénico-sanitario y, por último, la evaluación y certificación.
La formación que se lleva a cabo en la aplicación del Modelo Consolidado de Certificación de Personas incluye aspectos teóricos y prácticos, específicos por nivel y sector. La formación práctica es un factor innovador, ya que la cualificación de los manipuladores se basa en la adquisición de hábitos higiénicos.
Además, este modelo actúa en 37 sectores, todos ellos relacionados de forma directa con el sector agroalimentario, ya que cada uno de ellos cuanta con riesgos específicos y procesos productivos diferentes.
Por último, resaltar los tres elementos de que se compone la evaluación y la certificación, mediante cuestionarios y toma de muestras: Curricular (requisitos mínimos de formación y experiencia laboral en el sector), Formativa (mediante cuestionarios específicos por nivel y sector) y Práctica (escenificación de la actividad profesional a certificar, evaluándose mediante test y validándose mediante toma de muestras).
Nos encontramos, por tanto, ante el inicio de un proceso que puede convertirse en poco tiempo en referente para las empresas de cara a su credibilidad ante los consumidores.
C.S.A