Los países de América Latina refuerzan programas sociales e impulsan la producción de alimentos

“La situación preocupa porque afecta la capacidad de los países de mejorar el acceso a las oportunidades de las poblaciones más pobres. El crecimiento económico experimentado en los últimos años permitió una mayor inversión en programas sociales y la creación de más empleos; el reto es continuar haciendo esto en la actual coyuntura”, dijo el Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, José Graziano da Silva.

Según el Observatorio del Hambre, los gobiernos están enfocando cada vez más sus esfuerzos en hacer sustentable la producción y el acceso a alimentos para defender a la población de bajos ingresos del alza de los precios de los alimentos y de los posibles impactos de la crisis económica.

Para lograr este objetivo, los gobiernos llevan a cabo una serie de acciones como el refuerzo a los programas de protección social y el estímulo a la producción local -principalmente de la agricultura familiar- para garantizar la disponibilidad de alimentos a precios accesibles en los mercados locales.

La FAO ha apoyado dichas acciones mediante su programa de campo y los proyectos de la Iniciativa sobre el Aumento de los Precios de los Alimentos (IAPA), que ya ha invertido cerca de 21 millones de dólares en más de 20 países de la Región, para apoyar el incremento de la producción de los pequeños agricultores.

Precios de los alimentos

El boletín señala que a pesar de que los precios de los commodities han bajado desde sus altos niveles observados en julio de 2008, aún se mantienen elevados en comparación con el inicio de esta década. Esta situación, sumada a la recesión económica en los países desarrollados, podría empeorar el acceso de la población a los alimentos debido al aumento del desempleo y las caídas de las remesas provenientes del exterior.

Considerando la heterogeneidad en América Latina y el Caribe, la crisis puede afectar los países de maneras distintas. Los países exportadores netos de materias primas pueden beneficiarse del deterioro de las tasas de cambio si logran mantener las ventas externas de sus productos. Sin embargo, los altos costos de producción, restricciones al crédito y recesión en los mercados importadores pueden dificultar ese objetivo.

Los países importadores de alimentos seguirán pagando más por los alimentos debido a que la caída en los precios es más que compensada en muchos países por la valorización del dólar en relación a sus monedas nacionales.

El boletín también señala que la tasa anual acumulada de inflación de alimentos hasta octubre de 2008 en América Latina y el Caribe había alcanzado niveles cercanos al 20%.

En ese sentido, las medidas para impulsar la producción agrícola son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria de los países de América Latina y el Caribe. Si bien la bajada de los precios es una noticia alentadora para los consumidores cuando se traspasa a los precios locales, precios más bajos reducen la expectativa de producción para 2009, especialmente dada la contracción del crédito para la inversión agrícola y los altos precios de los insumos, lo que podría generar una situación compleja en el futuro debido a una menor producción alimentaria.

Como afirma el Observatorio, la falta de acceso a los alimentos aún es un problema vigente. Los actuales precios continúan por encima de los niveles previos al inicio de la crisis en 2006, y la incertidumbre sobre la producción agrícola del siguiente ciclo ocurre al mismo tiempo en que se reducen los ingresos debido a la contracción de la economía mundial, lo que podría profundizar la actual crisis alimentaria.

FAO

Deja una respuesta