Así, el resultado de la «votación secreta» fue de 43 votos a favor, 72 en contra y 14 abstenciones. La propuesta de Mónaco obtuvo 20 a favor, 68 en contra y 30 abstenciones. No obstante, la científica marina de Oceana María José Cornax auguró que «no está todo perdido», ya que hay una «pequeña posibilidad de que la propuesta sea retomada en los debates.
«CITES acaba de rechazar la prohibición del comercio internacional de las especies. Se trata de una clara victoria de los intereses económicos a corto plazo frente a la conservación a largo plazo de los océanos, la recuperación de los stocks y la pesquería del atún rojo del Atlántico Norte», añadió.
En el mismo sentido, la organización Greenpeace condenó la decisión de «no tomar ningún tipo de medidas para proteger al atún rojo, lo que lleva a la especie a la extinción» e insistió en que, a su juicio, es «indispensable la creación del santuario balear».
Además, lamenta que después de seis días de negociaciones no se apoye la protección de la especie y considera que «como siempre» prevalece la defensa de los intereses económicos sobre el respeto al medio ambiente, algo que favorece a «unos cuantos a corto plazo y que lleva al colapso ecológico y económico a la mayoría».
De acuerdo a los últimos informes científicos, queda un 15 por ciento del stock reproductivo del atún rojo en los océanos, dato que para las organizaciones ecologistas confirma la «situación crítica» de la especie.
«Es una vergüenza que tras días de reuniones los países decidan públicamente llevar a una especie a la extinción», insistió la responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, Celia Ojeda, que destacó que «los gobiernos acaban de enseñar el camino para su extinción al atún rojo. Esta decisión es el comienzo de una muerte anunciada».
Asimismo Greenpeace señala que tanto la propuesta de Mónaco como la de la UE han sido rechazadas en una votación en la que acusan a Japón de instigar tras «intensos días de realización de un severo y agresivo lobby, para mantener su comercio internacional».
Por su parte, el responsable de pesquerías del Programa Mediterráneo de WWF, Sergi Tudela, calificó de «escandaloso» que las partes contratantes no hayan tenido la «más mínima oportunidad para debatir sobre la propuesta» que contaba con el respaldo de la mayoría de los países con cuota pesquera sobre esta especie a ambos lados del Atlántico.
«Es hora de que hagamos la mayor presión posible para este organismo cumpla con el objetivo para el que fue creado», añadió Tudela que adelantó que WWF hará un llamamiento a restaurantes, minoristas, cocineros y consumidores de todo el mundo para que dejen servir, vender, comprar y comer esta especie.
Europa Press