Por el contrario, los investigadores han observado que los invertebrados marinos de menor nivel, como el marisco y las gambas, tienden a ocupar las posiciones más altas en cuanto al precio. El estudio aparece publicado en la última edición de la revista PNAS.
«Este hallazgo pone en entredicho la interpretación de una de las medidas de salud oceánica actuales conocida como ‘índice trófico marino'», señala el estudio. Este índice calcula los impactos ecológicos de la pesca mediante un seguimiento del nivel trófico medio de lo que recoge la pesca comercial.
Los científicos propusieron una teoría sobre estos cambios basándose en los ecosistemas de redes tróficas (fishing down the food web) hace más de una década, para explicar el hecho de que las pesqueras comerciales han acabado prácticamente con los principales depredadores, como el bacalao o el atún, y están pescando más especies de un nivel inferior, como las anchoas o las sardinas.
Los autores sugieren que “las estrategias de gestión pesqueras que incorporan la rentabilidad de las especies marinas deberían proteger tanto los intereses económicos de los pescadores comerciales, como la diversidad de los ecosistemas oceánicos”.
SINC
¿Y hace falta un estudio para concluir eso?