Un panel de expertos se reunieron ayer en el IV Congreso Nacional de Periodismo Ambiental para dirimir y analizar el alcance de las prácticas productivas que han dado lugar a la crisis de las vacas locas o los pollos con dioxinas.
Representantes de la Administración, profesores, periodistas, consultores agroalimentarios y sector ganadero pasaron revista a los problemas emergentes en la actualidad que tienen que ver con el sistema de producción y el modelo de desarrollo.
Mientras el representante de la Administración enfatizaba en su discurso que hoy no se puede considerar que exista una crisis alimentaria generalizada en Europa, Jesús Mosterín, catedrático de Lógica y Filosofía, apuntaba en el sentido de que la crisis del modelo alimentario tiene que ver con la salud y la moralidad. Y apelaba al poder de los consumidores para acabar con ejemplos como las «baterías de gallinas» o «los establos de concentración» ganaderos.
Por su parte el periodista Pablo Francescutti realizó un recorrido por cómo había sido cubierta la crisis de las «vacas locas» por la prensa escrita para concluir que ha faltado investigación tanto por parte de los medios como de la Administración.
Fernando Moraleda, Secretario General de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), prefirió hablar de problemas de confianza, o mejor, de desconfianza, del consumidor – haciendo hincapié en los métodos de producción. «El problema se produce en el procedimiento industrial». En su opinión el Gobierno español actuó con negligencia al tratar esta enfermedad, ya que no hizo caso de los informes veterinarios de la Unión Europea y los casos conocidos en Francia y Portugal.
Montse Arias, directora de la revista The Ecologist España, hace responsable a la política de subvenciones -» a la cantidad, que no a la calidad»- y a un sistema de producción que quiere el máximo rendimiento al mínimo coste, del modelo actual insostenible, insolidario, antieconómico y anti-rural. Su alternativa: volver a formas de producción locales. Por su parte, Juan Serna, consultor agroalimentario, tras repasar la Política Agraria Comunitaria (PAC), concluye que es necesario un cambio de modelo alimentario en el que se impliquen todos los interlocutores, aunque es consciente de que los grandes grupos alimentarios serán los primeros en liderar dicho cambio.
En el coloquio, se planteó un reto para el futuro: que los medios transmitan al ciudadano de a pie que él también es co-responsable y que con su actitud puede contribuir a cambiar el modelo alimentario.
CSIC