LOS SUMINISTROS ALIMENTARIOS EMPIEZAN A CRECER MAS RAPIDAMENTE QUE LA POBLACION, PERO LA SUBNUTRICION SEGUIRA SIENDO DIFUSA – AGRICULTURA Y PESCA

.- La población del mundo, alrededor de 8.000 millones de personas, en el año 2030 estará mejor alimentada y un número más grande de personas tendrán el acceso adecuado a los alimentos, pero la cifra de seres humanos víctimas del hambre y la sub-nutrición seguirá siendo excepcionalmente alta. Lo afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en un nuevo informe técnico provisional titulado : «Agricultura hacia el 2015/2030», que se publica hoy. «En el 2015 podría haber todavía 580 millones de personas que padecen desnutrición de forma crónica», dice la FAO. Se prevé que el crecimiento de la población siga disminuyendo y que los niveles de consumo de alimentos sean mas altos en un número cada vez más grande de países. «Esto hace que la agricultura mundial aumente a pasos más lentos; del 2,1 por ciento anual en las dos últimas décadas pasará al 1,6 por ciento en el período hasta el 2015 , llegando al 1,3 por ciento en el 2030; pero el aumento de la agricultura continuará siendo más grande que el crecimiento de la población mundial en un 1,2 por ciento hasta el 2015 y en un 0,8 por ciento en los años hasta el 2030», agrega la Organización. Los cereales seguirán siendo el principal recurso de abastecimientos alimentarios Los cereales seguirán siendo el principal recurso de abastecimientos alimentarios: suministran casi la mitad del consumo diario de calorías. Se prevé que la producción mundial de cereales haya aumentado en casi mil millones de toneladas en el 2030, a partir del nivel actual de mil ochocientos cuarenta millones de toneladas. «Este aumento sobrepasa incluso al de las tres últimas décadas» subraya la FAO. Alrededor de la mitad del aumento estará destinado a alimentos, y más o menos un 44 por ciento a pienso animal. El uso para piensos, sobre todo en los países en desarrollo, será el elemento más dinámico de la economía cerealícola a nivel mundial. Los países en desarrollo dependerán cada vez más de la importación de cereales. Se prevé que sus importaciones anuales de cereales pasen de los 107 millones de toneladas en 1995/1997 a los 270 millones en el 2030. Las exportaciones netas de los países tradicionalmente exportadores como Norteamérica, Europa Occidental y Australia pasarían de los 142 millones de toneladas de 1995/1997 a los 280 millones de toneladas en el 2030. La intensificación será más importante que la expansión del terreno Se estima que en el 2030 la producción de cultivos en los países en desarrollo sea el 70 por ciento más alta que en 1995/1997. Alrededor del 80 por ciento de este aumento procederá de una producción intensiva de cultivos (mayores rendimientos, mayor intensidad de cultivos). El resto será debido a una posterior extensión del suelo laborable. En los países en desarrollo, las previsiones indican que el suelo laborable aumentará del 12 por ciento (120 millones de hectáreas) hasta el 2030, la mayor parte de las cuales se encuentran en América del Sur y en Africa Sub-sahariana, con una cifra desconocida, pero probablemente considerable, debida al desbosque. El regadío jugará un papel cada vez más importante en los países en desarrollo. En la actualidad, representa un 40 por ciento de la producción total de cultivos (casi un 60 por ciento de la producción cerealícola). Se prevé que esta cuota aumente hasta el 47 por ciento en el 2030. El área de regadío en los países en desarrollo, según las estimaciones, pasará de los 197 millones de hectáreas en 1995/97 a los 242 millones de hectáreas en el 2030. Presión continua sobre el medio ambiente La presión sobre el medio ambiente seguirá aumentando pero a un ritmo menor debido a la reducción de la producción agrícola. Se prevé por ejemplo que el desbosque se reduzca ya que el número de terrenos destinados a la producción agrícola y las cifras de la producción ganadera tendrían que disminuir. Además, el empleo de plaguicidas tendría que disminuir a medida que se hacen disponibles tecnologías más adecuadas, se establecen normas más estrictas y se pone más énfasis en la agricultura orgánica. En conjunto, se espera también que disminuya la demanda y la producción mundial de carne; tendría que llegar al 1,9 por ciento anual en las dos próximas décadas respecto al 2,8 por ciento de los últimos veinte años. El consumo de carne por persona en los países en desarrollo ha pasado de los 11 kilos por año a mediados de los setenta a los 23 kg. en nuestros días y podría llegar a los 35 kg. en el 2030. El consumo es todavía muy bajo en Africa sub-sahariana. En otros países, como China y Brasil, se prevé que la demanda disminuya mientras el consumo ha alcanzado ya niveles relativamente altos (en China 39 kg. y en Brasil 62 kg. por persona en 1995/97). Son bien sabidos los peligros que comporta para el ambiente la expansión incontrolada de la producción animal altamente intensiva, dice la FAO. Debido al aumento de la intensificación de la producción ganadera, a la mayor densidad de los ganados y a los cambios en la prácticas de alimentación animal, se acrecienta la inquietud acerca de la inocuidad de los productos ganaderos y de la transmisión de enfermedades animales a los seres humanos. A esto hay que añadir el peligro de que en los países en vías de desarrollo las operaciones comerciales en gran escala puedan sustituir a los ganaderos en pequeña escala, exacerbando así la pobreza rural, advierte la FAO. Los objetivos de la gestión forestal pasarán cada vez más de la producción maderera a la salvaguardia de las funciones ambientales de los bosques, dice el informe. Se prevé además que se potencie enormemente el papel de las plantaciones forestales industriales en el aprovisionamiento de madera en rollo y que su cuota alcance un tercio de los suministros totales en el 2015. El empleo de leña continuaría aumentando en las próximas dos décadas antes de estabilizarse o incluso de disminuir marginalmente. Más del 60 por ciento de la madera recogida en el mundo en 1995 fue utilizada para leña. El consumo mundial de pescado por persona pasaría de los 16 kg. por año en 1997 a los 19-20 kg. en el 2030, elevando la utilización total de pescado en la alimentación a 150-160 millones de toneladas. La proporción destinada a harina y aceite de pescado, en la actualidad unos 30 millones de toneladas, disminuirá. El rendimiento anual sostenible de la pesca de captura marítima se calcula en no más de 100 millones de toneladas. «El grueso del aumento de los abastecimientos tendrá que proceder de la acuicultura».

FAO NOTAS

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