La Asociación General de Transportistas de Andalucía (A.G.T.) ha firmado con el Centro de Seguridad Alimentaria (CSA) un convenio para la certificación de sus más de 4.000 afiliados. Con ello se pretende garantizar el perfecto estado higiénico – sanitario de los alimentos durante y después de su transporte.
Cerca de 4.000 transportistas andaluces serán sometidos a un proceso de evaluación y certificación que garantice el óptimo estado de las mercancías que portan. Con ello se pretende dar respuesta a las grandes distribuidoras, quienes actualmente solicitan la norma ISO 9000, que no es realmente aplicable a su actividad y tamaño.
El transporte de los productos alimenticios puede ser fuente de riesgos para la salud de los consumidores, más aún si tenemos en cuenta que el 90 % de las intoxicaciones son producidas de forma directa o indirecta por los manipuladores. Por ello el CSA vio necesario desarrollar una herramienta que garantizara que sistemas y personas cumplen los requisitos necesarios para desarrollar sus trabajos.
Esta certificación como Supervisores de Manipulación cualificará y prestigiará a estos trabajadores, que quieren dejar de ser catalogados como "camioneros". Además, pretende ofrecer más garantías a una sociedad muy preocupada por lo que consume, más aún tras las últimas crisis alimentarias. Y es que en el sector de la alimentación las personas no están sometidas a una legislación homogénea que garantice la seguridad y el control higiénico sanitario de los alimentos, algo que queda a cargo de cada empresa.
Con este marco surge el Modelo Consolidado de Certificación de Personas en el Ámbito Alimentario, que consta de tres fases: Formación, Control Higiénico Sanitario y Evalución – Certificación. Las bases de este modelo se pueden resumir en:
Probar la capacidad actitudinal y aptitudinal de una persona para desarrollar los trabajos de manipulador de alimentos en sus tres niveles de responsabilidad para 37 sectores de la industria alimentaria.
El compromiso de una persona con su salud y los riesgos que ésta puede provocar en su actividad.
La diferencia entre los distintos sectores de actividad en la industria alimentaria.
El seguimiento de la persona en cuanto a la actitud, compromiso y capacidad de la persona certificada respecto a los requisitos acordados.
Pues bien, ha sido una asociación de Andalucía la que ha querido dar este paso para iniciar una actividad de obligado cumplimiento en otros países y que parece haber sido ignorada en el nuestro. La posibilidad de que un tercero garantice la cualificación de las personas que están en contacto con los alimentos puede aumentar la confianza de los consumidores en el buen estado de los productos que consumen, lo que repercutiría positivamente en las ventas.
A.G.T.