Las macroalgas pueden rivalizar con los productos lácteos como fuentes de los denominados “péptidos bioactivos”, concluyeron los científicos de la Teagasc Food Research Centre y de la University of London en un artículo que acaba de ser publicado en la Journal of Agricultural and Food Chemistry de la American Chemical Society (ACS).
Los científicos resaltan el creciente interés por usar péptidos bioactivos (obtenidos principalmente de los productos lácteos) como ingredientes en los denominados alimentos funcionales. Estos alimentos no solo proveen nutrición, también tienen un efecto medicinal para tratar o prevenir ciertas enfermedades.
Las macroalgas vienen siendo consumidas hace centurias por las poblaciones de este de Asía, entre los que se incluyen a países como China, Corea y Japón. De acuerdo con los científicos, por el ambiente en que crecen las macroalgas, producen compuestos bioactivos únicos e interesantes. La proteína puede representar hasta el 47% del peso seco de las macroalgas, dependiendo de la especie y el tiempo de cultivo y cosecha.
Los péptidos derivados de las macroalgas han probado tener un efecto hipotensivo en el sistema circulatorio humano. La hipertensión es uno de los principales factores de riesgos en la enfermedad cardiovascular (CVD). Las CVD es la principal causa de muertes en Europa, generando más de 4,3 millones de muertes por año. En EEUU el efecto es uno en tres individuos.
Los científicos realizaron una revisión de al menos 100 estudios científicos, concluyendo que algunas proteínas de las macroalgas trabajan como péptidos bioactivos en productos lácteos para reducir la presión sanguínea.
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