Maiceros españoles y franceses a favor de la biotecnología

Cerca de tres mil agricultores se dirigieron de forma ordenada y bajo el lema:¡ Ras le bol ! (¡Basta ya !) hacia la Prefectura de Pau para presentar las quejas a las autoridades del acoso a que grupos ecologistas radicales someten a los agricultores que cultivan transgénicos, llegando incluso a la quema de sus campos.

Otros de los lemas que se podían leer decía:¿Quién defiende la agricultura innovadora y responsable?. Dando a entender que era preciso que las autoridades debían apoyar la incorporación de avances tecnológicos en la agricultura cuando, como ocurre en la biotecnología, son de garantía constatada necesarios para la competitividad de las explotaciones y demandados por la industria y consumidores.

En España son cerca de 60.000 Has las que se sembraron en 2006. El AGPME está demandando que se amplíe la disponibilidad de más variedades para poder disponer sobre todo de aquellas que son resistentes a los herbicidas persistentes (RR).

En la actualidad se está redactando un Decreto de Coexistencia que dictará las normas que las diferentes agriculturas ( tradicional, ecológica y transgénica) deberán cumplir.

A juicio del AGPME se está proponiendo desde el Ministerio de Medio Ambiente unas distancias elevadísimas (220 m) , en relación a la separación a guardar con las parcelas de maíz transgénico, que no se corresponde con las recomendaciones del Ministerio de Agricultura e Institutos independientes de gran prestigio, de carácter nacional e internacional.

Como consecuencia de la aplicación de dicho Decreto se pondría en peligro el desarrollo de la biotecnología en el campo con una pérdida de competitividad que pondría en grave riesgo la continuidad de las siembras de maíz en nuestros regadíos, máxime cuando el maíz importado en mayoritariamente transgénico.

El apoyo del AGPME a la manifestación en Pau suponía la plena coincidencia con la preocupación de los agricultores galos que ven una pérdida de competitividad y de libertad cuando se les ataca y limita la siembra de transgénicos.

AGPME

Deja una respuesta