Mapa paga 36 millones de euros a los más de 1.800 ganaderos que vendieron su cuota al Banco Nacional

Estos ganaderos corresponden a las diez Comunidades Autónomas que suscribieron convenio con el MAPA para encomendar a éste el pago de las indemnizaciones. Las CCAA de Andalucía, Cataluña y Castilla León recibieron en la Conferencia Sectorial de marzo 2007 el importe total para afrontar el pago de las indemnizaciones a sus ganaderos por el mismo concepto.

Este año, el programa de abandono pierde su identidad conceptual para convertirse en un mero instrumento de un todo, que es el Banco Nacional de cuotas lácteas.

El abandono es el mecanismo por el cual el MAPA adquiere cuota para alimentar el Banco. El Ministerio se ve obligado a mantener esta figura (el abandono) para no privar a sus beneficiarios de todas las ventajas asociadas al mismo, como son la exención fiscal, la posibilidad de seguir cotizando en el régimen de procedencia en situación asimilada al alta y la compatibilidad con el cese anticipado de la actividad agraria.

Por tanto, en realidad se trata de adquisiciones integradas en un esquema de compra/venta entre productores de una misma comunidad autónoma.

El ganadero que ha abandonado la producción seguirá recibiendo una ayuda equivalente a la prima láctea y los pagos adicionales a que tuviera derecho el 31 de marzo de 2006, debido a la disociación entre la producción y los derechos de ayuda en el nuevo régimen de pago único de la política agrícola común que entró en vigor en 2006.

Otra novedad de importancia es la posibilidad, por primera vez en la historia de la gestión de cuota en nuestro país, de solicitar abandonos parciales de la cuota asignada. Esta posibilidad tiene como objetivo facilitar la reorientación productiva de las explotaciones sin que se afecte el tejido estructural de las mismas y da respuesta a una demanda del sector en este sentido.

En definitiva este instrumento ha cumplido a la perfección su objetivo reestructurador, pues han sido las explotaciones más pequeñas y con muy poca capacidad inversora para afrontar las exigencias de la nueva PAC las que se han acogido al mismo así como aquellas explotaciones que han decidido reconvertir su actividad productiva, total o parcialmente.

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