El Director General de Industria Agroalimentaria y Alimentación del MAPA, Jorge Santiso y La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), han presentado una Jornada sobre la industria agroalimentaria de Castilla la Mancha bajo el título «Ganar Dimensión. Una necesidad para la Industria Agroalimentaria española», dentro del marco del Convenio de colaboración entre ambos organismos, y realizada por expertos del Instituto Internacional San Telmo y del Rabobank.
En el informe destaca la tendencia generalizada al crecimiento interno, individualista y nacional, la resistencia tradicional a la inversión y la entrada de nuevos socios, y el temor a la pérdida de control de la empresa y a la salida a mercados externos.
El informe, que se completa con la exposición y el análisis de diversos casos prácticos de empresas que han adquirido mayor tamaño, recoge las razones por las que ganar dimensión debe ser una estrategia para mantenerse en el mercado en el medio plazo. Entre ellas, se reseña la necesidad de afrontar el comercio en mercados exteriores, y las inversiones en I+D para cumplir con los nuevos requisitos legales, científicos y tecnológicos, y los derivados de las nuevas exigencias de un consumidor más exigente.
Asimismo, se menciona especialmente que la mayor dimensión implica mejorar las condiciones para la negociación con el sector de distribución, que cada vez está más concentrado y plantea nuevos requisitos que requieren mayor capacidad financiera para afrontar sus condiciones.
Como alternativas para adquirir dimensión, el informe plantea las modalidades de fusiones y adquisiciones, capital riesgo, financiación de adquisiciones, mercado de capitales, y otras fórmulas como el asociacionismo u otras formas de colaboración con fines económicos.
En el caso concreto de Castilla La Mancha, la industria alimentaria supone un 6,7 por ciento de las ventas totales nacionales. Los sectores dominantes en facturación global, son por orden, el del vino (aún necesitando una gestión más empresarial por parte de las cooperativas), seguido de la industria cárnica y a cierta distancia del sector lácteo, y son también estos sectores los que presentan empresas con una mayor facturación media anual y en consecuencia mayor tamaño.
Llama la atención que el 75,9 por ciento del total de las empresas pertenecen a la categoría de microempresas, un 15,7 por ciento son empresas pequeñas y un 2,2 por ciento las industrias medianas y grandes.
En cuanto a su facturación anual media (uno de los indicadores del grado de atomización), el sector más atomizado es el de Aceite de oliva y aceite de orujo de oliva.
La industria alimentaria inició su proceso de concentración a raíz de la adhesión de España a la Unión Europea, proceso que se ha desacelerado con el tiempo y está lejos de ser el óptimo. El sector se caracteriza por un elevado grado de empresas familiares, con una escasa tendencia a la exportación. De hecho, tan sólo un 3,9 por ciento de las empresas alimentarias españolas cuentan con más de 50 trabajadores.
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