Mercedes Gómez destaca que C-LM es la región con más controles para los forrajes

La consejera de Agricultura, Mercedes Gómez, ha destacado la intensidad y el volumen de controles que realiza la Consejería de Agricultura sobre todo el proceso de transformación de los forrajes desecados, en la comprobación de las características de la materia prima, el cumplimiento de las condiciones de transformación, la contabilidad de las empresas, la revisión de los contratos entre productores y empresas, la supervisión del producto final y la salida de los forrajes una vez desecados.

En su intervención ante la Comisión de Agricultura de las Cortes de Castilla-La Mancha para informar sobre la campaña de forrajes desecados 2002-2003, Mercedes Gómez subrayó que “los técnicos de las delegaciones provinciales de Agricultura realizan controles todas las semanas, aunque la legislación comunitaria sólo exige que las empresas de transformación sean visitadas una vez por campaña”.

A los controles por muestreo, que consisten en visitar las instalaciones de las empresas, se añaden inspecciones efectuadas “fuera del horario ordinario de los funcionarios” (denominadas controles inopinados) -según informó la consejera de Agricultura-, una medida que viene a reforzar la prevención de ilegalidades. Mediante esta supervisión, la comunidad autónoma ha denegado ayudas por valor de 1,1 millones de pesetas, que afectan a un total de 21.702 toneladas, por comprobarse que no se cumplían las condiciones establecidas.

Mercedes Gómez subrayó que “Castilla-La Mancha fue la primera comunidad autónoma que estableció los controles inopinados, además de controles de 24 horas en las empresas transformadoras e instalación de termómetro de registro continuo para comprobar que la temperatura mínima era de 350º, que es uno de los requisitos de la normativa”.

Además, Castilla-La Mancha también “es la única región que establece la obligatoriedad de pesar el forraje producido y determinar la media de la humedad del forraje que entra en la empresa”, una exigencia que fue introducida a partir de la campaña 2002-2003, según expuso Mercedes Gómez ante la Comisión de Agricultura.

La consejera de Agricultura hizo un repaso por la reglamentación que afecta al sector para explicar cómo se establecen los controles, ya que el objetivo de la supervisión es comprobar que se cumplen todos los requisitos establecidos en las normativas comunitaria, nacional y regional para tener derecho a la ayuda para estos cultivos. La OCM de los forrajes fija unas ayudas a la producción para garantizar el abastecimiento a las empresas de deshidratación. Para cobrar la subvención, las empresas transformadoras deben tener un contrato con productores o compradores, o bien justificar que secan el forraje de su propia explotación. Otra condición establecida es que el producto salga de la empresa, que no se quede allí almacenado.

Estas exigencias comunitarias se complementan con requisitos nacionales y autonómicos, entre los que destacan la condición de que los forrajes tengan una humedad superior al 30% cuando lleguen a la transformación, que no permanezcan en la planta transformadora más de 24 horas sin procesar, y que sean tratados a una temperatura mínima de 350º.

La consejera de Agricultura concluyó su intervención informando de que el Tribunal de Cuentas Europeo ha realizado dos visitas de fiscalización a Castilla-La Mancha y no se ha recibido ningún informe de este órgano que alerte de irregularidades. La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) pidió información sobre los controles realizados, y, una vez remitidos estos datos, no ha habido ninguna visita de inspección.

En cuanto a las cifras de la campaña 2002/2003, un total de 25 empresas de transformación y 2 compradores de forrajes contaban con autorización para operar en el sector. Se presentaron 159 solicitudes de ayuda, por un total de 256.048 toneladas y 37 solicitudes para los secados de otras formas. Las ayudas aprobadas alcanzaron un importe de 12 millones de euros

JCCM

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