Nota Mesa del Algodón
La desaparición en nuestros campos de este cultivo mediterráneo y tradicional del que España es el único país productor de la Unión Europea junto con Grecia, la pérdida de las 90.000 hectáreas en las que ahora se cultiva algodón ante la dificultad de plantar productos alternativos en esas tierras, la destrucción de más de 1 millón de jornales y de unos 2.000 empleos de la industria desmotadora, el desmantelamiento del tejido empresarial y de un entramado económico ligado al algodón que mueve 900 millones de euros al año son, entre otros, los principales y más inmediatos efectos que provocaría en España la aprobación de la reforma del régimen de ayuda al algodón propuesta por la Comisión Europea, según ha expuesto la Mesa del Algodón en el transcurso de la Rueda de Prensa que ha celebrado HOY en Madrid.
La Mesa del Algodón, constituida el pasado 22 de octubre, aglutina a la totalidad del sector algodonero español. Está integrada por las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA; la organización de cooperativas agrarias CCAE; las agrupaciones de industrias desmotadoras AEDA y ADESUR; los sindicatos UGT y CC.OO.; y las asociaciones APROSE (semillas) y APROVE (protección vegetal) por parte de la industria auxiliar.
Esta plataforma, que agrupa al sector algodonero en su conjunto, ha expresado y demostrado reiteradamente ante la Administración española y comunitaria que la reforma propuesta por el Comisario de Agricultura, Franz Fischler, es inviable para el sector algodonero español al plantear la supresión de sistema actual de ayudas a la producción y sustituirlo por uno nuevo por el que el agricultor recibiría el 60% de las ayudas en un pago único por explotación y cuya percepción sería independiente o estaría desvinculada del tipo de cultivo que sembrara; y el 40% restante a través de un pago por superficie, ligado a la siembra efectiva de algodón.
Una reforma que incentiva no sembrar
Para la Mesa, el nuevo régimen de ayudas que propone la Comisión Europea condena el cultivo de algodón en España a su desaparición ya que “por una parte, el desacoplamiento del 60% de las ayudas de la producción de algodón incentiva, per se, que no se siembre; además de que es una medida que atenta contra la dignidad de nuestros agricultores porque nos avergüenza que la Comisión proponga, como hace, una subvención por no producir. No queremos que nos paguen aunque ni siquiera se cultive. No queremos caridad ni limosnas. Queremos trabajar, cultivar y hacerlo bien, cuidando las tierras y produciendo un algodón de calidad, como venimos haciendo desde siempre”. En cuanto al 40% restante de las ayudas, la Mesa del Algodón considera que este porcentaje acoplado a la producción es del todo insuficiente porque “¿qué agricultor va a querer cultivar algodón cuando sabe que los ingresos que va a percibir no llegarán siquiera a cubrirle los costes de producción?. La reforma propuesta por Bruselas no sólo no incentiva al productor, sino que hace que no resulte rentable sembrar algodón, y sin producción de algodón no puede existir el sector algodonero. Para evitar esta catástrofe es por lo que exigimos que Bruselas retire la reforma propuesta y respete el actual régimen de ayudas a la producción; el único sistema capaz de asegurar el mantenimiento del cultivo y garantizar la viabilidad futura del sector algodonero español en su conjunto”.
Para la Mesa, la aprobación de la reforma planteada por la Comisión Europea sería la muerte del sector algodonero español en su totalidad. La Mesa del Algodón ha declarado hoy que “con la reforma no sólo Andalucía sufriría un duro golpe, por ser la Comunidad en la que el algodón es vital para la economía y subsistencia de miles de familias y tener la tasa de paro más alta del país; sino que afectaría a toda España ya que el desempleo y las bolsas de pobreza repercuten negativamente en la marcha económica global de país”.
La reforma de la UE vulnera un derecho primario de España
La reacción de la Mesa del Algodón ante la propuesta legislativa aprobada el pasado 18 de noviembre por Bruselas para reformar el régimen de ayuda al algodón, es clara y contundente: “estamos indignados y reclamamos la retirada inmediata de la propuesta legislativa de reforma por dos motivos básicos: porque sabemos con absoluta certeza que su aplicación supondría la desaparición del sector algodonero español en un plazo máximo de 2 años y porque, además y fundamental, la reforma planteada por la Comisión Europea atenta contra el Derecho comunitario que históricamente ampara al algodón al vulnerar los Protocolos 4 y 14 del algodón anejos, respectivamente, a las Actas de Adhesión de Grecia y de España a la Comunidad Europea”.
El algodón es un producto que NO está sujeto a una organización común de mercados u OCM (ver http://europa.eu.int/eur-lex/es/lif/ind/es_analytical_index_03.html) sino que, por su singularidad (elevados costes de producción, alta volatilidad de precios debido a las fuertes variaciones del mercado internacional, etc.), en el ámbito de la Unión Europea está regulado por un régimen especial. Este régimen comunitario del algodón data de la adhesión de Grecia a las Comunidades Europeas en 1981 y, posteriormente, se complementó con la adhesión de España en 1986; quedando registrado en los Protocolos nº 4 y 14 del algodón anejos a las respectivas Actas de Adhesión de estos dos países.
En dichos Protocolos se establece que el objetivo fundamental del régimen comunitario del algodón es “sostener la producción de algodón en las regiones de la Comunidad en las que sea importante para la economía agrícola”; condición que se cumple en España puesto que el algodón aporta 730 millones de euros al PIB de Andalucía (Comunidad donde se concentra el 95% de la producción española de este producto); proporciona 1.100.000 jornales y 2.000 empleos en la industria desmotadora; de su cultivo viven directamente 10.000 familias y, además, 130 poblaciones rurales dependen exclusivamente de la actividad ligada al algodón.
Conforme a los Protocolos 4 y 14 del algodón, la Mesa del Algodón defiende que “la sostenibilidad de la producción de algodón es un Derecho comunitario primario que no ha respetado la Comisión Europea a la hora de abordar la reforma “puesto que ha planteado la reforma del régimen de ayudas al algodón como si éste fuera un producto OCM cuando la propia legislación de la Unión Europea reconoce que no lo es”. Por ello, la Mesa reclama la retirada urgente de la reforma propuesta por Bruselas y exige que se mantenga un régimen de ayudas ligado a la producción que garantice el mantenimiento del cultivo y asegure el desarrollo sostenible del sector algodonero español “que no es sino lo que nos está reconocido por Derecho a través del Protocolo 14 del Acta de Adhesión de España a la CE”.
Respaldos al sector contra la reforma planteada por Bruselas
Desde que el 23 de septiembre la Comisión Europea presentó oficialmente la propuesta de reforma del régimen de ayuda al algodón, el sector algodonero español no ha dejado de expresar su rechazo en bloque y se ha movido en diversos frentes para recabar apoyo en contra de la reforma y en defensa del sector algodonero español.
A nivel nacional, recientemente la Mesa del Algodón ha solicitado al Comité Ejecutivo Nacional del PP la intervención del Presidente del Gobierno, José María Aznar, en contra de la reforma planteada por Bruselas y en defensa del sector algodonero español. Además, la Mesa ha obtenido el compromiso formal por parte de la Ejecutiva del PP de elaborar un informe evaluando las consecuencias que acarrearía para el sector algodonero la aprobación de la reforma, para su presentación a Mariano Rajoy, Secretario General del partido.
A estas manifestaciones de apoyo se suman las proposiciones no de Ley presentadas la semana pasada por el PP y el PSOE a la Mesa del Congreso de los Diputados para su debate en la Comisión de Agricultura, en defensa del mantenimiento del actual régimen de ayudas a la producción de algodón y en contra de la reforma propuesta por Bruselas. Ambas proposiciones destacan la importancia socioeconómica del cultivo del algodón en España.
La proposición no de Ley del PP insta al Gobierno a «defender un sistema de ayudas que garantice la continuidad del cultivo del algodón y el mantenimiento de la actividad industrial de las desmotadoras» ante la reforma planteada por Bruselas. En su iniciativa para debate en la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, el PP advierte que si la reforma se aprobara en sus términos actuales, «podría en riesgo la actividad productiva asociada al cultivo».
Por su parte, la iniciativa del PSOE solicita al Gobierno que «exija a la CE la elaboración del preceptivo informe sobre el impacto que provocaría el cambio definitivo del régimen de ayuda» y que «rechace la propuesta de desacoplar las ayudas de la producción de algodón”. Pide, además, que el Gobierno elabore un dictamen jurídico que permita en su momento interponer un recurso contra la CE ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, por considerar que su propuesta de modificación del régimen de ayudas vulnera el Protocolo 14 del Acta de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea. Según la proposición socialista, esta denuncia se basaría en que la propuesta de la Comisión «no permite mantener la producción de algodón en las regiones en las que el cultivo es importante en la economía agrícola, ni garantiza una renta equitativa a los productores», como exige el citado Protocolo.
En el entorno regional, un respaldo pleno es el brindado al sector algodonero por el Parlamento de Andalucía, donde la totalidad de los partidos políticos, por unanimidad, han aprobado una proposición no de Ley instando al Gobierno español a defender ante Bruselas una regulación que vincule las ayudas a la producción y rechazar la reforma propuesta; reforma que Carmen Crespo, diputada del Grupo Parlamentario Popular, ha calificado como “maligna, agresiva y fuera de lugar” puesto que “se atenta contra el cultivo de algodón” y resulta “lesiva para el mantenimiento del empleo”. En la misma línea se ha expresado José Cabrero, portavoz del Grupo Parlamentario IULV-CA, al afirmar que la propuesta de Bruselas “significa la desaparición del cultivo y el desmantelamiento del sector”. Igual apoyo han mostrado el Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien ha mostrado su disposición a trasladar las demandas del sector algodonero ante el Comité de Regiones de la UE e, incluso a interponer un recurso ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo en el caso de que la reforma fuera aprobada; el Pleno del Consejo Económico y Social de Andalucía; así como los Presidentes de las Diputaciones Provinciales de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Jaén, principales regiones andaluzas productoras de algodón.
En el ámbito de la UE, la Mesa del Algodón ha obtenido el respaldo de María Soraya Rodríguez, eurodiputada del PSE designada por el Parlamento Europeo para elaborar el Informe preceptivo sobre la propuesta de reforma, así como para llevar a cabo su exposición ante el Pleno de dicha institución. La europarlamentaria ha declarado que la reforma presentada por Fischler “está hecha de espaldas al campo y si finalmente sale adelante tal y como está planteada tendrá unas consecuencias nefastas para la actividad agraria de muchas comarcas de España, donde los ciudadanos no podrán comprender cómo se sigue pagando a los agricultores por no cultivar mientras se destruye todo el empleo y la industria ligada a este cultivo, base de la actividad económica de esas comarcas”.
A nivel sectorial, la Mesa del Algodón cuenta también con la solidaridad de la Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero (AITPA), organización que representa a la totalidad del sector textil algodonero de España que, con una facturación superior a los 2.550 millones de euros, es consumidor del 70% del algodón producido en España. Su Vicepresidente, Salvador Maluquer, ha declarado que “de cumplirse las previsiones realizadas por el propio sector algodonero, la reforma propuesta por Bruselas provocaría que en pocos años no se produjera algodón en la Unión Europea”; destacando que “podría tratarse de un grave error estratégico ya que en caso de conflictos o situaciones excepcionales, la no disposición de esta materia prima básica y la total dependencia de la UE de países terceros podría crear importantes problemas, especialmente en el sector médico-sanitario”. A este apoyo se suma el brindado por el Centro Algodonero Nacional, corporación que ha mostrado su preocupación por las consecuencias que pudieran derivarse de la reforma propuesta por Bruselas y que defiende una regulación de las ayudas al algodón con la que “pueda mantenerse esta importante fuente de suministro a la industria, tanto nacional como europea”.
La Mesa del Algodón anuncia movilizaciones en defensa del sector
La Mesa del Algodón aún confía en poder convencer a la Unión Europea con la fuerza de la razón acerca de la necesidad de retirar la reforma propuesta del régimen de ayudas .
“ La totalidad del sector algodonero español rechazamos la reforma planteada por Bruselas porque hemos hecho cálculos y sabemos, con absoluta certeza, que tal y como está planteada supone la desaparición del algodón en España y, por supuesto, conocemos las negativas consecuencias socioeconómicas que ello tendría en términos de destrucción del empleo, del tejido empresarial y de toda la actividad económica ligada al algodón. Estamos convencidos de que es imposible que productores, industria, sindicatos, las principales fuerzas políticas de nuestro país y europarlamentarios españoles estemos todos equivocados. Pero si con el diálogo no es suficiente, no nos quedaremos parados . Para empezar, ya hemos convocado a todo el sector a una movilización que tendrá lugar el próximo 10 de diciembre ante el Ministerio de Agricultura, en defensa del algodón”.
Precisamente así, “en defensa del algodón”, se denomina el portal que la Mesa del Algodón acaba de instalar en Internet. En la dirección http://www.endefensadelalgodon.org/ el sector algodonero, en carta abierta a toda la sociedad española, expone sus reivindicaciones y explica sus argumentos en contra de la reforma del régimen de ayudas propuesta por Bruselas. Además, a través de la cumplimentación de un sencillo formulario, la web de la Mesa del Algodón abre una ventana a todos los ciudadanos, invitándoles a participar y expresar, directa y abiertamente, su adhesión y solidaridad con el sector.
Bruselas propone una reforma sin haber estudiado sus efectos
A las razones de carácter jurídico centradas en la vulneración que supone la reforma propuesta por la Comisión Europea del Acta de Adhesión de España a la CE, se suman otras que igualmente explican la indignación manifestada por el sector algodonero ante el régimen de ayudas planteado por Bruselas. Una de ellas es el hecho de ser el único sector de los 3 abordados en la reforma (algodón, aceite de oliva y tabaco) al que la Comisión Europea no ha tenido en consideración ni una sola de las modificaciones y mejoras propuestas, personal y directamente, a Fischler por el sector algodonero cuando, según la Mesa del Algodón, “en nuestro caso lo que está en juego no es un reajuste del sector, sino que estamos hablando de su supervivencia o de su aniquilación”.
Para la Mesa del Algodón resulta inaceptable que la reforma del régimen de ayuda al algodón haya pasado al nivel de textos legislativos exactamente tal cual se recogía en la propuesta inicial, presentada por Bruselas el 23 de septiembre, y sin un solo cambio “después de que el sector demostráramos al Comisario de Agricultura, con cifras reales, que el nuevo régimen de ayudas provocaría la desaparición del cultivo y del tejido industrial algodonero; máxime cuando el propio Comisario nos reconoció la existencia de graves deficiencias en la propuesta de reforma”.
Según manifiesta la Mesa del Algodón, en la reunión mantenida el pasado 11 de noviembre en Bruselas por el sector algodonero con Franz Fischler , el Comisario reconoció, en primer lugar, que los datos que la Comisión Europea había manejado para elaborar la propuesta de reforma en cuanto a costes de producción del algodón en España estaban muy por debajo de los costes reales; en segundo lugar, que la Comisión no había llevado a cabo ningún informe previo que evaluara el impacto que la reforma ocasionaría en el sector algodonero comunitario, mientras que sí lo había realizado para el aceite de oliva y para el tabaco y, en tercer lugar, Fischler reconoció que en la reforma propuesta la Comisión no contemplaba ningún sistema para compensar económicamente a la industria ligada al algodón ante la pérdida de producción que el Comisario asumió que implicaría la nueva regulación. En consideración a estas “graves deficiencias de fondo”, la Mesa del Algodón urge que se retire la reforma planteada por Bruselas y no salga adelante.
Las contradicciones de la Comisión Europea
Para la Mesa del Algodón, la Comisión Europea no tiene ningún argumento que justifique la necesidad de reformar ahora el régimen de ayudas al algodón después de las tres reformas comunitarias de las que ya ha sido objeto el sector en 1992, 1995 y 2001. En esta última, se marcó el 2004 como el año para que la Comisión presentara un informe concluyente de la situación del sector. Según la Mesa, “aún no han pasado dos años de la última reforma y la UE propone ya una revisión drástica del régimen de ayuda al algodón. Consideramos un atropello que la Comisión trate de evaluar una acción planteada a 3 años cuando sólo ha transcurrido un año y medio y nos encontramos en pleno desarrollo normativo y práctico. Y nos resulta absolutamente incomprensible que la Comisión proponga ahora que el 60% de las ayudas queden desvinculadas de la producción de algodón y el 40% restante se perciban por hectárea cultivada cuando la propia Comisión ha reconocido, en los informes elaborados en las reformas de 1995 y del 2001, que la ayuda por superficie en el caso del algodón provocaría la desaparición del cultivo”.
Por otra parte, en el texto oficial del 23 de septiembre en el que se recoge la propuesta de reforma del régimen de ayuda al algodón
(ver http://europa.eu.int/comm/agriculture/capreform/com554/554_es.pdf),
la Comisión reconoce, explícitamente, que “la producción tiende a concentrarse en regiones con un notable retraso de desarrollo económico”; que debido a las ayudas en régimen de pago único por explotación, no ligadas a la cosecha, “existe un alto riesgo de abandono de la producción y la pérdida de la competitividad de las zonas rurales”; que “el algodón tiene un papel vital en muchas economías locales, con dependencia exclusiva de este cultivo, y una fuerte importancia regional”.
Según la Mesa del Algodón, teniendo en cuenta que la Comisión Europea reconoce explícitamente que con la reforma que propone hay un alto riesgo de abandono de la producción; que el Comisario de Agricultura ha reconocido que la Comisión no ha llevado a cabo ningún informe de impacto; y considerando que la reforma propuesta por Bruselas vulnera el Acta de Adhesión de España a la CE, “al sector algodonero nos gustaría saber los intereses de qué sectores y países está primando Bruselas, porque tenemos la impresión de que la Comisión está utilizando al sector algodonero como cabeza de turco o moneda de cambio. Su actitud nos induce a pensar así. Porque, por una parte, nos da plena razón pero, por otra, está haciendo todo lo posible para que la reforma salga adelante aunque ello suponga la desaparición del sector algodonero en la Unión Europea”.
La UE es la principal importadora neta mundial de algodón en fibra
En relación a estas últimas declaraciones, la Mesa del Algodón refiere la campaña que varios países africanos productores de algodón han desarrollado paralelamente a las negociaciones sobre la reforma de las ayudas propuesta por Bruselas. Dicha campaña se inició en el transcurso de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio celebrada el 14 de septiembre en Cancún (México), justo unos días antes de conocerse oficialmente la propuesta de reforma de la Comisión Europea. Durante la “Cumbre de Cancún”, Mali, Burkina-Faso, Benin y Chad abogaron por el desmantelamiento de las ayudas comunitarias a la producción de algodón argumentando que este sistema ocasionaba un grave daño económico a los países africanos productores y era causa de su subdesarrollo.
En esta reunión de la OMC, el Comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, llegó a declarar que “la UE simpatiza con las preocupaciones sobre el precio del algodón de estos países y su impacto en los países en desarrollo”.
Además, el mismo día que Bruselas aprobaba la propuesta legislativa para la reforma del régimen de ayuda al algodón, Francia presentaba al Consejo de Relaciones Exteriores de la UE un documento sobre el algodón en África para su discusión por parte de la Comisión y del Consejo europeos. En este documento, Francia propone que se escuchen las demandas de los países africanos expresadas en la “Cumbre de Cancún” y, además, plantea medidas de ayuda para las zonas algodoneras africanas dirigidas a mejorar las estructuras agrícolas e industriales a nivel regional, así como la creación de un fondo que asegure una renta mínima a los productores frente a la volatilidad de los precios del algodón en los mercados internacionales.
Para la Mesa del Algodón, “todo este montaje parece una confabulación perfectamente orquestada por Francia para intentar justificar la reforma propuesta por la Comisión y acabar con el algodón comunitario o, dicho de otra forma, con el algodón español y griego, puesto que somos los dos únicos países productores en la Unión Europea. Realmente es una campaña que engaña a la opinión pública, puesto que la UE no sólo ni tiene subvenciones a la exportación ni aranceles para la importación de algodón en fibra, sino que, al ser la producción comunitaria de algodón en fibra claramente deficiente para abastecer las necesidades internas (sólo se produce el 25% de lo que se consume), la Unión Europea es la principal importadora neta mundial de algodón en fibra. Además, la producción comunitaria de algodón, de unos 1,6 millones de toneladas, supone únicamente el 2,5% de la producción mundial; cantidad tan marginal que cualquier persona comprende que no distorsiona ni supone amenaza ninguna para el mercado internacional”.
De hecho, la organización Oxfam Internacional, en carta dirigida con fecha 7 de noviembre al Comisario de Agricultura, Fischler, reconoce “que la UE no juega un papel económico relevante en el comercio del algodón, teniendo en cuenta los bajos niveles de producción y su carácter de importador neto de algodón” y, además, urge a la Unión Europea “a promover posiciones más favorables a los países en desarrollo sin poner en riesgo la sostenibilidad de zonas rurales vulnerables, particularmente en el sur de España, donde el impacto de la reforma propuesta tendría importantes consecuencias sociales para las que no hay justificación aparente”. Asimismo, los representantes de los productores de algodón de Mali y Senegal acudieron a una Jornada organizada a principios de noviembre en Sevilla por la Mesa del Algodón. Ibrahima Coulibaly, de la Coordinadora Campesina de Mali, aseguró estar convencido de que “la eliminación de las subvenciones en España no supondrá la solución a nuestro problema” y solicitó apoyo para combatir la dependencia de su país de un único cultivo. Por su parte, Mamadou Cissokho, representante de Senegal, reconoció haber sido engañado al afirmar que “nos contaban que en Europa se da dinero a los productores” y creíamos “que se quedaban en casas y no trabajaban”; y abogó por el respeto “al derecho de hombres y mujeres a poder vivir del trabajo que han elegido”.
Además del engaño a la opinión pública y tergiversación de la realidad que, para la Mesa del Algodón, supuso el enfoque dado en la “Cumbre de Cancún” a las ayudas a la producción de algodón de la UE, “al sector algodonero español nos llama particularmente la atención la actitud mostrada por Francia sobre este tema, país que no es productor de algodón en la Unión Europea pero que, sin embargo, históricamente ha mantenido fuertes intereses en el sector en el continente africano. ¿Por qué Francia aboga porque la Unión Europea desmantele las ayudas a la producción de algodón y, al tiempo, pide a la UE recursos para mejorar las estructuras de las industrias algodoneras africanas, gran parte de capital publico francés?¿Por qué Francia solicita a la UE fondos para proteger a los agricultores africanos de la volatilidad de los precios y, sin embargo, plantea la supresión de las ayudas comunitarias que es, precisamente, el mecanismo que protege a los productores españoles y griegos de esta misma volatilidad?¿Por qué Francia se ha erigido en país protector de los algodoneros africanos con propuestas que van en contra de los algodoneros de la UE, de España y Grecia, justo al tiempo que Bruselas está abordando la reforma comunitaria del régimen de ayuda al algodón?”.
La Mesa del Algodón traslada al ámbito nacional su última pregunta: “¿Por qué nuestro Gobierno y Ministerio de Agricultura no asume las demandas del sector y no reacciona defendiendo pública y firmemente al sector algodonero español ante la reforma propuesta por la Comisión Europea y ante este panorama internacional de acoso y derribo? A la totalidad del sector algodonero nos gustaría que desde las más altas instancias políticas y desde la Administración se nos diera una respuesta. Máxime cuando parece ser que el Ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, ya está negociando en Bruselas coeficientes y aspectos que el sector considera muy perjudiciales sin haber escuchado previamente al sector”.
Algodón: un cultivo ancestral en España
España es el único productor de algodón de la Unión Europea, junto con Grecia. El algodón, también llamado “oro blanco”, es un cultivo mediterráneo tradicional en nuestros campos donde, entre 10.000 explotaciones, ocupa una extensión de 90.000 hectáreas. La producción española de algodón bruto -mayoritariamente de la variedad Gossypium hirsitum, de fibra mediana y de alta calidad- es de 320.000 toneladas (el 20% de la producción total de la UE); recolección que se lleva a cabo en nuestro país con un parque de más de 600 cosechadoras únicamente aptas para recoger algodón.
Esta producción de algodón bruto genera 100.000 toneladas en fibra tras ser procesado por las 28 factorías desmotadoras existentes en España, cuya actividad depende exclusivamente de desmotar la producción nacional, ya que las características singulares del algodón hacen que sea imposible su importación en estado bruto, tal y como se recoge en los campos. En estas plantas se recibe el algodón recién recolectado y se separa la fibra de las semillas y otros restos; se limpia dicha fibra y, finalmente, se comprime en balas de unos 220 kg. que son enviadas a las industrias textiles. Para poder atender las necesidades nacionales, la industria desmotadora ha llevado a cabo fuertes inversiones, estimadas en 55 millones de euros en los últimos 15 años.
El 95% del algodón que se produce en España se cultiva en la Comunidad de Andalucía –donde la población de más de 130 núcleos rurales depende y vive exclusivamente del algodón- y el 5% restante en la Región de Murcia. En ésta última Comunidad, el algodón se cultiva básicamente en la zona de Cartagena. En Andalucía, se produce principalmente en el Valle del Guadalquivir, en las Marismas (tierras que, por su alto nivel de salinidad, prácticamente no admiten ningún cultivo alternativo al algodón), gran parte mediante riego por goteo -sistema que ha exigido realizar a los productores una fuerte inversión-
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