El Ministerio de Medio Ambiente invertirá 29 millones de euros en 2004 para la restauración de tierras afectadas por la desertificación, dentro del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND), que también comprende otras actuaciones como el establecimiento de una red de estaciones de seguimiento y evaluación de la erosión, la elaboración de una cartografía de suelos afectados o la creación de una Red mediterránea de proyectos demostrativos de restauración y gestión de áreas afectadas.
A raíz de ayer jueves día 17 de junio, Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el Ministerio de Medio Ambiente quiere recordar que el 31’49 % del territorio español presenta un riesgo de desertificación alto o muy alto, que se concentra, de forma mayoritaria, en la vertiente mediterránea y en la cuenca del Guadalquivir. España ratificó en 1997 la «Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía o grave o desertificación, en particular en África» (CLD), que cuenta con 172 Estados miembros.
La CLD obliga a los países afectados a preparar y desarrollar un Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND), y a los países desarrollados a ayudar a los países afectados en vías de desarrollo a preparar y aplicar su PAND. España presenta la doble condición de país afectado y país desarrollado (donante).
El PAND español se encuentra en su fase final de elaboración, y se ha llevado a cabo de forma participativa convocando a todos los sectores y usuarios implicados en el problema.
CINCO PRIORIDADES
Entre las acciones específicas que se encuentran actualmente en desarrollo destacan:
1) La restauración de tierras afectadas por la desertificación, realizada por la Dirección General para la Biodiversidad en cooperación con las Comunidades Autónomas. Supone una inversión próxima a los 29 millones de euros en 2004, e incluye una serie de trabajos de restauración hidrológico-forestal como repoblación forestal, tratamientos selvícolas de conservación y mejora de la cubierta vegetal protectora e hidrotecnias de corrección torrencial
2) La evaluación y seguimiento de la desertificación en España, en particular a través de dos actividades principales:
– Elaboración de la Cartografía de Suelos a escala 1:100.000, cuya finalidad es obtener un conocimiento detallado y minucioso del recurso suelo de las áreas más afectadas, así como de los procesos que le afectan desde el punto de vista de la desertificación.
– La Red de Estaciones de Seguimiento y Evaluación de la Erosión y la Desertificación (RESEL), un trabajo “in situ”, continuo y detallado de los mecanismos esenciales de la desertificación, como: la erosión, la exportación de sedimentos por parte del suelo a través de la red fluvial y la respuesta hidrológica
3) Elaboración del estudio sobre los Indicadores de la Desertificación en España que ha permitido conocer a escala nacional (1:1.000.000) las áreas afectadas, y su grado y extensión.
4) Creación de una Red mediterránea de proyectos demostrativos de restauración y gestión de áreas afectadas, junto con Portugal, Italia, Grecia y Turquía. España ha sido la encargada, por su experiencia, de la elaboración de unos Términos de Referencia para la selección de áreas piloto y su aplicación en cada país.
5) Constitución de un registro de instituciones, públicas y privadas, vinculadas a la desertificación y organización de una primera jornada de intercambio y reflexión.
PROBLEMA MUNDIAL
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la desertificación amenaza a la cuarta parte de las tierras del planeta, así como a 250 millones de personas y el sustento de más de 1.000 millones de habitantes de 100 países a causa de la disminución de la productividad agrícola y ganadera. Muchas de estas personas viven en los países más pobres
La desertificación es la degradación de las tierras áridas, semiáridas y zonas subhúmedas secas, causada principalmente por variaciones climáticas y actividades humanas como el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego.
La desertificación no se refiere a la expansión de los desiertos existentes. Es un problema global que se presenta en todo el mundo, incluso en lugares con clima muy poco propicio para ello. Sucede porque los ecosistemas de las tierras áridas, que cubren una tercera parte del total de la tierra, son extremadamente vulnerables a la sobreexplotación y a un uso inapropiado del suelo. Esto se traduce en una degradación que incluye la pérdida de productividad biológica o económica de todo tipo de tierras tales como cultivos, pastizales y bosques. Los procesos de degradación son, entre otros, la erosión del suelo, el deterioro de las propiedades físicas, químicas o biológicas del suelo y la pérdida duradera de vegetación natural
MMA