La ministra explicó que el agua depurada vertida al río que cumple con los parámetros de calidad exigidos en el Plan de Cuenca ha pasado del 35,04% al 80,65% en sólo tres años -de 2000 a 2003-, lo que pone de manifiesto «los esfuerzos notables que el Ministerio de Medio Ambiente y la Confederación han realizado durante esta legislatura para que este río vuelva a ser fuente de vida».
«La calidad de Segura no es que fuera deficiente, era muy deficiente. Y gracias al trabajo realizado por nuestros técnicos durante los últimos años -continuó- ha experimentado una mejora sustancial; es más, se observan ya muchas zonas recuperadas, con variedad de especies piscícolas y de vegetación, y una disminución de la cantidad de fangos y algas».
Elvira Rodríguez visitó la sede de la Confederación Hidrográfica del Segura, donde conoció de cerca el funcionamiento del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) así como la Red de Información de Calidad de las Aguas (Red ICA), herramientas que permiten conocer desde el nivel de los embalses y los ríos, las precipitaciones o los caudales circulantes, hasta la calidad de las aguas a lo largo de la cuenca del Segura.
Allí, comprobó cómo de las 50 estaciones de toma de muestras que forman la Red ICA, un total de 17 sobrepasaron en algún momento del año 2000 los niveles admitidos de contaminación orgánica, mientras que en 2003 las estaciones con algún incumplimiento se redujeron a sólo tres. «Año a año e incluso mes a mes, se observa una clara evolución a la baja, de modo que los límites de contaminación orgánica marcados por el Plan de la Cuenca del Segura en sus tres tramos -cuenca alta, vega media y vega baja- se están cumpliendo», señaló. En este sentido, la ministra pudo conocer cómo los principales focos de contaminación orgánica, las grandes ciudades, han desaparecido con la implantación de plantas depuradoras.
En relación a la contaminación industrial, el foco más importante se localizaba hasta el pasado año en Lorca, donde ya funciona una planta depuradora que trata las aguas residuales que genera la industria de los curtidos de piel. Por su parte, las industrias conserveras se encuentran, en su mayoría, conectadas a depuradoras municipales o disponen de plantas propias en las que realizan el tratamiento de las aguas residuales que generan.
Déficit hídrico
La ministra también se interesó por el funcionamiento del SAIH. Integrado por varios sistemas y redes, permite recoger en tiempo real y de manera simultánea en toda la cuenca información de distinta naturaleza, desde las precipitaciones que se reciben, hasta los niveles de agua de los embalses o los caudales circulantes por los canales.
Lo forman varios sistemas, como el de captación de datos, que está integrado por más de 300 sensores, colocados en embalses y compuertas, caudalímetros en tuberías, pluviómetros y pluvionivómetros o alarmas de nivel. Por su parte, el sistema de comunicaciones lo forman 16 estaciones repetidoras que transportan la información hasta los puntos de concentración y el centro de proceso de datos, donde se encuentra otro sistema de recepción, gestión y procesamiento de la información.
Durante su visita, Elvira Rodríguez conoció las mediciones realizadas desde los años treinta del siglo pasado, que sitúan en 500 hectómetros cúbicos la media histórica de aportaciones en la cuenca del Segura, media que se reduce al 40% si se tienen en cuenta las aportaciones recibidas en los últimos 20 años -unos 315 hm3 anuales-.
Por último, la ministra comprobó cómo este comportamiento a la baja de las aportaciones en cabecera en la cuenca del Segura sigue produciéndose, como se pone de manifiesto en el hecho de que la aportación interanual a fecha de hoy es de 275 hm3.
MMA