Moraleda: ‘El futuro del aceite de oliva está en la calidad, la trazabilidad y la transpararencia’

El Secretario General de Agricultura y Alimentación, Fernando Moraleda ha participado en la inauguración de la Jornada del Sector del Aceite de Oliva, organizada por la COAG, en la que ha manifestado su satisfacción por compartir este acto con unos profesionales que viven la actualidad del sector olivarero en primera persona y abrir un foro que se dispone a debatir diversos aspectos de la actualidad del sector del aceite de oliva, la aceituna de mesa y la aplicación de la reforma del olivar en España.

Fernando Moraleda se refirió al presente con el trasfondo ineludible de la reforma de la Política Agrícola Común y al futuro enmarcado en las políticas de calidad, en los instrumentos de trazabilidad, en los factores de transparencia del mercado y en las garantías de actividad en las zonas olivareras, destacando que la calidad es un activo de poder en la moderna cadena alimentaria, como elemento de competitividad y como factor de valor añadido en el mercado.

Asimismo aseguró que estaba convencido de que resulta posible alcanzar una agricultura avanzada, moderna y competitiva, con una apuesta firme por las explotaciones familiares, con un apoyo decidido a las cooperativas y con un desarrollo creciente de la industria alimentaria ligada al territorio.

Fernando Moraleda recordó que el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación está trabajando muy activamente en la aplicación de la reforma de la Política Agraria (PAC) en España, desde una posición de diálogo, con un nuevo talante participativo y de colaboración entre el gobierno, las comunidades autónomas y los agentes económicos y sociales que permita dar una solución ajustada a los problemas del presente sin perder de vista los retos y las oportunidades del futuro.

La actual reforma de la PAC, continuó Fernando Moraleda nos permite definir un marco nacional en la política de desarrollo rural. Un marco enfocado hacia la mejora de la competitividad, orientado hacia la calidad y sostenido por unos objetivos territoriales que contribuyan a posibilitar políticas de igualdad, a identificar oportunidades de multifuncionalidad y a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones.

En cualquier caso, no conviene olvidar que la producción deberá seguir siendo el eje básico de la actividad agraria en sus distintas modalidades de agricultura convencional, ecológica o integrada. Una producción cada vez más orientada hacia el mercado, con los alimentos que demandan los consumidores pero también una producción cada vez más identificada con el territorio, abierta a la diversidad y singularizada en alimentos funcionales, saludables y en clara sintonía con las preferencias de los consumidores.

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