Ante el foro del III Congreso Mundial de la Mujer Rural, que se celbra en Madrid, UPA considera que es necesario analizar la situación de la mujer rural en el mundo teniendo en cuenta los grados de desarrollo de las distintas regiones mundiales. No es lo mismo argumentar medidas para mujeres rurales de países en vías de desarrollo, que diariamente luchan para conseguir alimentos para sus familias y que no tienen ningún tipo de reconocimiento social; que tratar situaciones de desigualdad y marginación laboral en países en los que la seguridad alimentaria está garantizada. Para UPA globalizar situaciones significa estar fuera de la realidad y seguirle el juego a los que creen que los problemas de la mujer rural se abordan desde la actividad de las distintas ONG o cumbres de primeras damas.
Si la pobreza necesita de un pacto mundial, lo mismo ocurre con la situación de la mujer rural. Mujeres que están discriminadas por la actividad (no acceso a alimentos y no reconocimiento de la profesión, en uno u otro caso), por el medio (un medio rural yermo y poco productivo o con graves problemas de servicios y despoblamiento, en uno u otro caso) y por el género (nulo reconocimiento como personas y falta de reconocimiento como personas activas).
UPA cree que es positiva la celebración de este tipo de Congresos por que significa dar a conocer a la sociedad la problemática de millones de mujeres en el mundo; pero nos tememos que esto se pueda convertir en una forma de vender soluciones que nunca existirán sin medidas económicas concretas y sin un pacto y compromiso de los Estados que solventen esta situación.
Respecto a la situación española, UPA considera inadmisible que perteneciendo a los llamados "países desarrollados" sigamos con altas tasas de mujeres trabajadoras en las explotaciones agrarias, que por ser cónyuges del titular sólo puedan aspirar a ser tratadas como "ayuda familiar" y no gocen de ningún tipo de derecho social si no es el derivado de su marido.
De igual forma, resulta inconcebible la escasa participación de mujeres registrada en los distintos órganos socioeconómicos del medio rural y la falta de apoyo público para corregir esta situación que margina a la mitad de la población rural de España.
Upa