Greenpeace recuerda al Senado que todavía está a tiempo de resolver este problema paralizando la tramitación del Plan Hidrológico Nacional
La organización ecologista Greenpeace considera que la multa millonaria impuesta por la Comisión de la Unión Europea a España por la mala calidad de las aguas pone en evidencia que el Plan Hidrológico Nacional no será un buen plan de gestión de los recursos hídricos.
Greenpeace recuerda que la multa que la Comisión solicita para España, de 45.000 euros (unos siete millones y medio de pesetas) al día, acompaña a un segundo recurso de esta Comisión contra España ante el Tribunal de Justicia para obligar a nuestro país a cumplir una Sentencia dictada por dicho Tribunal en 1998. Entonces no se había comenzado a tramitar el PHN y el Gobierno, según los ecologistas, no ha incluído posteriormente parámetros de calidad ambiental en el Plan Hidrológico que hoy se encuentra sobre la Mesa del Senado, en sus últimas fases de tramitación.
«El Gobierno español no ha adoptado medidas para controlar la contaminación de las aguas interiores tras recibir la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 1998, y no ha incorporado en el Proyecto del Plan Hidrológico Nacional tramitado posteriormente parámetros ambientales ni medidas para asegurar la calidad de las aguas», según Eva Hernández, responsable de la Campaña de Hábitats de Greenpeace España.
Para la organización ecologista, este Plan Hidrologico tampoco tiene en cuenta los preceptos establecidos en la Directiva Marco de Aguas de la Unión Europea, recientemente aprobada, e incluso propone la construcción de nuevos emisarios submarinos que viertan aguas no depuradas al mar.
Greenpeace ha advertido hoy que España seguirá recibiendo multas de la Comisión Europea debido al tipo de planificación hídrica que propone el Gobierno a través del PHN. Desde que comenzó la tramitación de este plan, los ecologistas vienen denunciando que no concede suficiente importancia a la prevención y a la lucha contra la contaminación de ríos, lagos y costas, favoreciendo simplemente la construcción de nuevas presas y un gran trasvase.
«Los sucesivos gobiernos han abandonado el cuidado de la calidad de las aguas, mientras se preocupaban tan sólo de construir nuevas presas, lo que hoy en día significa que el agua en el 20% de los ríos españoles aún no cumple una Directiva Europea de 1976 que establecía criterios mínimos de calidad», denuncia Hernández.
Greenpeace ha anunciado que volverá a pedir al Senado que paralice la tramitación del Plan Hidrológico, para que el texto pueda ser modificado en su totalidad y recoja el cuidado de la calidad de las aguas como prioridad.
Algunas sustancias que la Directiva de Aguas de Baño, incumplida por España, instaba a controlar, forman parte de la llamada «docena sucia» de COPs (Contaminantes Orgánicos Persistentes) a eliminar según el Tratado firmado esta semana en Estocolmo como la dieldrina, un compuesto activo en plaguicidas.
Greenpeace