El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, ha pedido a la ministra de Medio Ambiente que defina «de una vez por todas» cuál es la solución para el Altiplano murciano, después de derogar el trasvase del Ebro». Cerdá asegura que «está sorprendido porque a estas alturas de la película la ministra de Medio Ambiente no sabe cuál es la solución para esta zona de la Región». Estas declaraciones surgen tras el anuncio hecho ayer por la Confederación Hidrográfica del Segura de adjudicación de la asistencia técnica para estudiar el volumen anual de sobreexplotación de los acuíferos de Jumilla-Villena y Ascoy- Sopalmo.
Cerdá ha explicado que el trasvase del Ebro permitía llevar agua a esta zona del Altiplano con un ramal, y que una vez derogado el Ministerio «especuló con un mini trasvase desde el Tajo». Ahora, dicen otra cosa distinta, y van a sustituir este mini trasvase por una medida que puede sobreexplotar aún más los acuíferos, y hacer desaladoras en la Vega Baja».
«Se vuelve a poner de manifiesto que la ministra Narbona no tiene claro cómo solucionar un problema que ella misma ha creado al derogar el trasvase del Ebro». Según el responsable de Agua en la Región, el Gobierno socialista nos intenta vender una alternativa, la que llaman AGUA». «Esta alternativa es un farol temerario, ya que al principio basaban la solución en la desalación masiva, y ahora reconocen que esta solución no es la panacea», afirma el consejero.
Cerdá recuerda que la alternativa socialista a la derogación del trasvase del Ebro no es más que un «apéndice» del anterior Plan Hidrológico Nacional, que intentan «camuflar por la hipoteca que tienen con ERC y Pascual Maragall». No obstante, y «a pesar del daño creado»- añade-, «el Gobierno regional tiene el deber de seguir dialogando para intentar resolver el problema que han creado», asegura. «Esta es la obligación de un Gobierno que tiene la responsabilidad de resolver los problemas de agua de los murcianos», asegura Cerdá, «pero nosotros no podemos comulgar con ruedas de molino, porque el diálogo siempre es cosas de dos», concluye el consejero
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