En las ciudades de Pisco, Ica y Huancavelica, en las que el 85 por ciento de la población se ha visto afectada por el seísmo, la Organización de la ONU está prestando ayuda al Ministerio de Agricultura peruano para evaluar los daños a través de la información obtenida mediante fotografías aéreas y misiones sobre el terreno.
La FAO ya ha recogido más de un millón de dólares EE.UU., pero se necesitan más fondos para ayudar a cerca de 160 000 personas que viven en las zonas rurales costeras y las montañas de la Sierra a reparar los daños provocados en las infraestructuras agrícolas y de pesca y restablecer los medios para la producción alimentaria. En las áreas urbanas, la ayuda se centrará también en hacer que la gente pueda obtener sus propios alimentos a través de huertos familiares y escolares.
La mayoría de la población rural está formada por campesinos, pescadores y trabajadores cuyas vidas cotidianas se ven ahora amenazadas por el hambre debido a la pérdida de cosechas y animales, la falta de combustible, energía y agua y de acceso a sus tierras y medios de supervivencia. Las personas que trabajan en la agricultura y la pesca suponen una parte importante de la economía y la fuerza de trabajo, y se teme que muchos de ellos han perdido su ganado, aperos y equipamiento agrícola, así como han visto dañadas sus tierras y los sistemas de regadío.
La zona afectada por el terremoto, el departamento de Ica -con cerca de 700 000 habitantes y la segunda región algodonera en Perú-, figura entre las principales regiones productoras de cultivos de exportación como uvas, pimentón, chile y cebollas. Como consecuencia del daño sufrido por las granjas y las empresas pesqueras, que ha afectado al suministro de agua y electricidad, se prevé que las exportaciones queden seriamente afectadas, y que los más vulnerables sean los campesinos y jornaleros pobres a causa de la pérdida de ingresos.
“La situación es mucho peor de lo que se calculaba al principio. Además de las personas hambrientas y las que han perdido sus casas, la destrucción de granjas y comunidades pesqueras tendrá un impacto profundo en la economía local”, asegura Luis Castello, Representante de la FAO en Perú y que colabora con los equipos humanitarios para evaluar los daños.
Las Naciones Unidas han lanzado un llamamiento para recaudar 37 millones de dólares EE.UU. para ayudar a los damnificados por el seísmo durante los próximos seis meses. De los 13,8 millones de dólares que se requieren para garantizar la seguridad alimentaria de la población -en los que se incluye la ayuda alimentaria urgente por parte del Programa Mundial de Alimentos-, la FAO está pidiendo 7,7 millones de dólares para ayudar a restablecer la producción agrícola tanto en las áreas rurales como las urbanas.
FAO