Negociaciones agricultura OMC/Cancún: Fischler pide nuevos esfuerzos para superar las diferencias

A raíz de reuniones celebradas ayer en Washington DC con el Representante de Comercio de EE.UU., Robert Zoellick, y la Secretaria de Agricultura de EE.UU., Ann Veneman, el Comisario de Agricultura de la UE, Franz Fischler, subrayó la importancia de la colaboración entre Estados Unidos y la Unión Europea para que culmine con éxito el Programa de Doha para el Desarrollo.

"Debemos aportar una visión imaginativa y a largo plazo si queremos que nuestros esfuerzos respondan a las auténticas necesidades de los agricultores y consumidores del mundo. Somos los dos mayores protagonistas del comercio mundial, por lo que debemos buscar una convergencia en nuestros planteamientos ante estas negociaciones. Europa está dispuesta a hacerlo".

Fischler añadió: "Esto no será suficiente para garantizar el éxito de la Ronda de Doha. No puede haber, no habrá acuerdo en Doha salvo que los países en desarrollo puedan llegar a la conclusión de que han recibido un trato equitativo. El éxito en Cancún sólo se logrará si todos los miembros de la OMC están de acuerdo".

"Europa ha mostrado que está dispuesta a hacer las concesiones y sacrificios necesarios para contribuir a que la Ronda de Doha sea una realidad. Sin embargo, esta actitud sólo dará fruto si nuestros socios comerciales muestran también su disposición a contribuir positivamente, en vez de atrincherarse en posturas extremas. Hasta ahora, lamentablemente, he visto poca flexibilidad en los otros campos".

Fischler se refirió a la reforma reciente de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea, como prueba de la determinación de Europa de poner orden en su propia agricultura, mientras sigue avanzando en la liberalización multilateral. El Comisario indicó que con sus reformas de la PAC de 1992 y 1999, la Unión Europea ha reducido con firmeza las ayudas internas que falseaban el comercio. Además, esta política ha permitido a la UE recortar de forma significativa sus subvenciones a la exportación.

"La última reforma de junio de 2003 constituye un cambio todavía más radical al desvincular de la producción una parte importante de los pagos, estableciendo, al mismo tiempo, una rebaja sustancial de los precios de apoyo, todo lo cual permitirá a la UE llevar a término un programa ambicioso para lograr reducciones sustanciales de las ayudas internas que distorsionan el comercio y de las subvenciones a la exportación, y para disminuir los aranceles, en la Ronda de Doha".

"Estos resultados previstos muestran claramente una vía de reforma que es totalmente compatible con lo que las partes de la OMC, incluidos los EE.UU. y la UE, se han comprometido a hacer: eliminar gradualmente las distorsiones del comercio. En la Unión Europea nos hemos movido (y hemos ido dando cumplimiento a los objetivos de Doha mucho antes de que estuvieran escritos), ahora les toca a otros hacer lo mismo".

Fischler también rechazó el mito de que la política agrícola comunitaria daña a los países en desarrollo: "La imagen de la UE como una fortaleza que se alza contra los productos agrícolas del mundo en desarrollo puede servir para defender intereses cínicos, pero es pura ficción. En realidad, la UE es, con mucho, el mayor importador de productos agrícolas de los países en desarrollo y la mayoría de estos productos entran en la Unión con aranceles muy bajos o cero. La UE importa más productos agrícolas de los países en desarrollo (36.000 millones de euros) que los EE.UU., Canadá, Australia y Japón juntos. Es más, nuestro arancel medio sobre las importaciones agrícolas es sólo del 10%, nivel que resiste perfectamente la comparación con cualquier país presente en la mesa de negociación de la OMC."

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