Las principales organizaciones
agrarias del país, Confederación Nacional de Cooperativas
(CONFAGRI), Confederación de Agricultores de Portugal
CAP) y Confederación Nacional de Agricultura (CNA), estiman que es una tasa
para proteger la salud pública, por lo que debería ser financiada por fondos
públicos.
También se estima que esta tasa va a reducir la competitividad del sector
ganadero portugués, porque no se subirá el precio al consumidor si no que bajará
la rentabilidad del productor. Muestran su indignación porque tanto los ganaderos
franceses como los españoles, sus principales competidores, pagan una tasa
inferior por la destrucción de los cadáveres de los animales, al estar una parte del
coste financiado por fondos públicos.
En el sistema SIRCA se contempla la posibilidad de exención de la prima en el
caso de que el propietario de los animales asegure la recogida y la destrucción de
los cadáveres, que sólo es posible en el caso de los rumiantes.
Exigen, además, esa posibilidad en otras especies, en las que
pueda haber alternativa a la destrucción de cadáveres y, en ese
caso, solicitan ayudas para financiar las estructuras necesarias.
Por último, los ecologistas se lamentan de que los cadáveres de
animales en las explotaciones, a consecuencia de muerte natural o
accidental, cuya carne sea sana, no sean aprovechados para alimentar animales
en cautividad en los parques zoológicos o sean abandonados para servir de
alimento a los animales salvajes.
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