Al resultar ineficaces los diversos intentos durante años de controlar la oferta, los expertos en el mercado del té han dirigido su atención a la demanda, y en especial a cómo impulsarla en los países productores, en los que el consumo per capita es bajo, según un informe de la FAO preparado para la reunión del Grupo Intergubernamental sobre el Té que tiene lugar en Hangzhou, China (14-16 de mayo de 2008).
La producción mundial de té continuó creciendo en 2006. La tasa de crecimiento anual fue de más del 3 por ciento, hasta una cifra estimada en 3,6 millones de toneladas. La expansión se debió principalmente a las cosechas récord en China, Viet Nam e India.
Las últimas cifras sitúan la producción mundial de té negro en 2,5 millones de toneladas, comparadas con 968 000 toneladas de té verde. Las proyecciones de la FAO para 2017 indican que la producción mundial de té verde crecerá a un ritmo considerablemente más rápido que el té negro, un 4,5 por ciento anual del primero comparado del 1,9 por ciento del segundo.
Las proyecciones reflejan el crecimiento en China, donde el programa para el aumento de la producción a través de la rehabilitación, replantación y conversión de cultivos se prevé continúe hasta 2017.
El nivel del consumo mundial de té en 2006 era básicamente igual a la producción. Pero su tasa de crecimiento era tan solo del uno por ciento, una desaceleración con respecto al crecimiento anual medio del 2,7 por ciento de la década precedente. El consumo per cápita en los principales países productores se queda atrás a pesar de su fuerte crecimiento económico. Los rusos consumen 1,26 kilogramos anuales, y los británicos 2,2 kg, pero en la India el consumo es de tan solo 0,65 kg al año y de 0,53 kg en China.
El informe ve un potencial inmediato para el aumento del consumo en los países productores con un sólido crecimiento económico y bajo consumo de té, y estudia las formas de alcanzar este objetivo a través de la mejora de la calidad.
“Aumentar el consumo en los países productores podría hacer rebajar la presión del suministro a nivel mundial y mejorar los precios del té a largo plazo”, según el informe de la FAO.
Calidad del té
A pesar de que la calidad del té es una cuestión compleja, existe un creciente interés en todo el mundo para hacer cumplir un mínimo de normas de calidad para el té que se comercia a nivel internacional.
Mejorar la calidad debería hacer subir la demanda, al tiempo que evitar el comercio de té de baja calidad puede reducir la situación de exceso de oferta en el mercado mundial, según el informe. La dificultad consiste en llegar a un acuerdo sobre normas de calidad aceptables a nivel internacional.
El juicio sobre la calidad del té y la evaluación de su valor y características corresponde generalmente a catadores que basan su criterio en un requisito particular. Sin embargo, estos requisitos pueden reflejar gustos diferentes según cada país y cada cliente.
La dificultad para definir calidades de referencia se ve agravada por el amplio abanico de áreas productoras con diferentes técnicas de recolección, procesado y culturas, así como impactos diferentes de las condiciones climáticas.
ISO 3720
En su última reunión de 2006, el Grupo Intergubernamental sobre el Té recomentó la adopción de la norma ISO 3720, de la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés), como el estándar mínimo de calidad para el té negro que entre en el mercado internacional.
El informe, que se examina esta semana en Hangzhou, indica los avances realizados para la aceptación de la norma ISO 3720 y su aplicación, e invita al Grupo a definir las acciones de seguimiento para ampliar gradualmente la aplicación de esta norma en el comercio internacional.
Los países origen de cerca del 80 por ciento de las exportaciones de té negro han adoptado normas internacionales que son idénticas a la ISO 3720, o ligeramente diferentes.
El informe subraya que la norma ISO 3720 se aplica únicamente al té negro, pero que se está ya trabajando en normas para el té verde.
El encuentro de Hangzhou servirá también para establecer un grupo de trabajo que identifique las Indicaciones Geográficas de Origen (IGO) potenciales para el té. Las principales características de estas indicaciones serán examinadas y evaluadas en el contexto del marco regulador existente a nivel internacional.
Se espera que las indicaciones de origen ayuden a extender el consumo del té a nivel mundial.
FAO