Oceana hace un llamamiento a las administraciones implicadas en la pesquería de la anchoa para que no se tomen decisiones precipitadas en la reunión que se celebrará mañana en Santander al respecto. Los responsables de las Comunidades Autónomas del Cantábrico consensuarán en esta ciudad una posición común ante la Comisión Europea, que será quien, durante el mes de junio, analice el estado del stock de la anchoa y traslade su parecer al Consejo de Ministros de la UE que tomará la última decisión.
Según los datos de años anteriores, la anchoa del Cantábrico no se recupera al ritmo deseado. La pesquería de esta especie en el Golfo de Vizcaya está cerrada desde julio 2005. Tres años antes el stock ya había dado muestras de agotamiento, resultado, entre otras cosas, de mantener unas capturas excesivamente altas durante la década de los ‘90. Pero, a pesar de que los científicos y una parte importante del propio sector extractivo tenían claro que algo grave ocurría, se tardaron años en tomar medidas. Aún ahora se siguen pagando los costes de aquellas decisiones.
Las campañas de investigación que se realizan en primavera para determinar la evolución de este importante stock acaban de terminar y en unos días se conocerán los resultados. Según Jose Rodríguez, científico marino de Oceana Europa: “Los primeros cinco años de esta década supusieron una gestión desastrosa que dañó severamente el estado de la anchoa en este área. Es posible que los nuevos estudios muestren por fin algún signo de recuperación, pero conviene ser prudentes. Sin ir más lejos, el año pasado se comprobó que el reclutamiento -la entrada de nuevos individuos- fue uno de los más bajos de los últimos años. Esto confirma que la variabilidad y la vulnerabilidad de la especie es muy alta.”
Los científicos han establecido en 33.000 toneladas la biomasa de precaución mínima de reproductores. Si la estimación de biomasa que surge como producto de las últimas campañas de investigación es inferior a este nivel, hay que mantener el cierre. Cualquier apertura de la pesquería, incluso de cuotas reducidas como algunos sectores defienden, supondría poner en grave peligro la recuperación del stock. Esta decisión podría provocar un nuevo cierre indefinido de la pesca o el agotamiento y sentencia de una especie tradicional en el Cantábrico.
Oceana recuerda, además, que no solo se trata de una decisión sobre la apertura del caladero. La pesquería solo debe de ser abierta con unas cuotas sostenibles y un estricto programa de control y seguimiento. Además, se sigue esperando un plan de gestión que no llega. Este plan es crucial para el mantenimiento de este recurso y la viabilidad de una flota tradicional y selectiva.
Ricardo Aguilar, Director de Investigación y Proyectos de Oceana Europa, indica: “Esperamos que las administraciones sean prudentes y no pretendan una apertura mal encaminada. La situación de los stocks del Cantábrico exige un ejercicio de responsabilidad por parte de todos ya que los stocks de otras especies en este mar, como la merluza, la cigala o el rape, tampoco se encuentran en mejor situación. Lamentablemente, el estado de estos recursos prueba que esta responsabilidad no ha existido hasta ahora.”
OCEANA