Mañana da comienzo el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, durante el cual se debatirá la propuesta de la Comisión para la adopción de las oportunidades de pesca (TACs y cuotas) que tendrá la flota europea durante el año 2009.
Oceana, la organización internacional de conservación marina, ha reiterado durante años que este proceso, básico para garantizar la explotación sostenible de los recursos pesqueros, se ha caracterizado siempre por desarrollarse completamente al margen de las recomendaciones que los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) efectúan cada año a petición de la UE. Una de las principales causas por las que el 88% de los stocks pesqueros europeos están sobreexplotados[1].
“Si bien este año la propuesta de la Comisión se adapta más a las recomendaciones científicas para determinados stocks, las cuotas que terminan autorizando los ministros pueden volver a ser abusivas. Si la dinámica de los últimos años se reproduce nuevamente este año en la reunión del Consejo de Pesca, se perpetuará la mala gestión de las pesquerías, primando intereses económicos a corto plazo de la industria”, ha declarado María José Cornax, científica marina de Oceana.
Económicamente, una de las consecuencias de esta sobreexplotación es el déficit en el abastecimiento de pescado en los mercados comunitarios. Para satisfacer la creciente demanda de los productos de la pesca, las flotas comunitarias buscan las capturas en caladeros lejanos, y la UE se ha convertido en el principal importador de pescado del mundo, con 4.111.472 toneladas en 2007[2]; es decir, las importaciones equivalen a un 77% de las capturas totales de las flotas europeas. La merluza o el bacalao se encuentran entre las principales especies de este mercado, así como varias especies de agua dulce como la tilapia, la panga o la perca, procedentes de África y Asia.
La entrada masiva de especies capturadas en todos los océanos del mundo en ocasiones se convierte en competencia directa de las capturas que la flota europea efectúa en el Atlántico Nordeste, haciendo que baje el precio del producto europeo, y agravando aún más la baja rentabilidad del sector pesquero causada por el agotamiento de los caladeros y el precio del combustible.
Según Ricardo Aguilar, Director de investigación y proyectos de Oceana en Europa: “Es un círculo vicioso sin sentido. Para incrementar la rentabilidad del sector, aunque no queda apenas pescado, se le otorgan cuotas irresponsables que empeoran la situación de unos stocks ya sobreexplotados. El agotamiento de los caladeros no se refleja, puesto que la voracidad del mercado queda aplacada a través de las importaciones. En las manos del consejo de Ministros está romper el ciclo empezando por la base: respetar las recomendaciones científicas y acordar unos TACs y cuotas que garanticen la explotación sostenible de los stocks”.
OCEANA