Oceana denuncia el grave deterioro de todos los mares y océanos europeos y exige medidas inmediatas para detener el colapso de sus recursos pesqueros, la destrucción de los hábitats marinos y la contaminación que afecta a sus aguas. Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y de los Océanos (8 de junio), Oceana señala que los mares europeos se encuentran entre los más dañados del mundo, lo que exige acciones legales inmediatas y contundentes.
La riqueza de los mares y océanos europeos es enorme, no sólo por su variedad de hábitats, sino también por el gran número de especies que albergan. De hecho, de las 230.000 especies marinas que se han catalogado en todo el mundo, más de 31.000 habitan aguas europeas. Sin embargo, desde hace varias décadas esta valiosa biodiversidad está siendo arrasada por la contaminación y las agresiones físicas a los ecosistemas. “Si a esto añadimos que el 88% de los stocks pesqueros están sobreexplotados, es lógico deducir que lo que urge son planes de gestión sostenibles y medidas que garanticen el uso razonable del medio ambiente marino. Y, desde luego, establecer los mecanismos que garanticen el cumplimiento de estas medidas”, afirma Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana en Europa.
Cada día, en los mares europeos:
-se realizan unos 275 vertidos ilegales desde buques,
-se tiran al mar 55.000 toneladas de aguas oleosas, restos de hidrocarburos y sentinas,
-se impactan con el arrastren más de 350.000 hectáreas de fondos marinos y
-se extraen 20.000 toneladas de pescado, más otras 5.000 toneladas que se tiran por la borda.
Cambio climático
Los océanos alivian el calentamiento global al absorber millones de toneladas de dióxido de carbono, pero su capacidad de absorción se está viendo superada. Como consecuencia, aumentan las emisiones a la atmósfera, se elevan las temperaturas, se incrementa el deshielo y sube el nivel del mar. Al introducirse agua templada, se alteran las corrientes marinas, lo que afecta al clima continental.
Paralelamente a todo este proceso, los cambios en la temperatura y la química del agua marina reducen la diversidad biológica y facilitan la aparición de especies invasoras. El dióxido de carbono que absorben los océanos acidifica las aguas, destruye ecosistemas y pone en peligro a los arrecifes de coral y los organismos que necesitan el calcio para formar sus esqueletos y caparazones, como los crustáceos. Los arrecifes son el hábitat de muchas especies comerciales o que son alimento de depredadores. Eso, sin contar con su importancia para la formación de playas y su el atractivo turístico.
Ricardo Aguilar, director de investigación de Oceana Europa, explica: “Más de 1.000 millones de personas en el mundo dependen para su supervivencia de los recursos que se obtienen de los arrecifes de coral, por lo que su desaparición tendrá un serio impacto en su sustento de vida. Además, los arrecifes albergan una cuarta parte de todas las especies marinas conocidas, por lo que el aumento de las emisiones de CO2 y la consecuente acidificación de los océanos es un serio peligro para la estabilidad y la supervivencia de estos ecosistemas”. En cifras:
-Los mayores incrementos del nivel del mar en Europa se han registrado en Noruega, Galicia y Portugal: entre 2,3 y 2,8 milímetros al año, frente a la media de 1,7.
-La capa de hielo del Ártico registró en septiembre de 2007 su extensión mínima, que fue un 23% inferior al anterior récord, de 2005. Si comienza a haber veranos sin hielos, el oso polar podría extinguirse a finales de siglo.
-El Báltico ha sufrido el mayor incremento de la temperatura marina en Europa en los últimos 25 años, con aumentos de 0,06ºC anuales, diez veces más rápido que la media del último siglo.
Además del cambio climático, los océanos y mares europeos se enfrentan a graves problemas:
1. Sobrepesca
La sobrepesca ha vaciado los mares europeos, hasta el punto de que según la Comisión Europea el 88% de nuestros stocks pesqueros están sobreexplotados. De ellos, el 69% está en riesgo de agotamiento. Las causas principales son el exceso de capacidad de la flota, la aprobación de Totales Admisibles de Capturas excesivos y que responden más a los intereses de la industria pesquera que a las recomendaciones científicas y el uso de artes de pesca ilegales, como las redes de deriva.
Otra parte del problema son las capturas accidentales –provocadas por artes de pesca poco selectivas- y de los descartes o porcentaje de las capturas que se devuelven al mar muchas veces por razones puramente económicas. En algunas pesquerías, como los arrastreros franceses de profundidad, el porcentaje de descartes efectuados puede llegar a alcanzar el 90% del peso total de la captura. En total, diariamente se descartan más de 3.000 toneladas de pescado.
En cifras:
-El mar Cantábrico es el que en peor estado tiene sus recursos pesqueros, con más de la mitad de los stocks evaluados por ICES sobreexplotados Se solicita el cierre de las pesquerías para un 57% de los que se encuentran en esta situación.
-El mar del Norte es el mar europeo con mayor cantidad de descartes pesqueros, con 960.000 toneladas tiradas por la borda cada año.
-El mar Mediterráneo es el más peligroso del mundo para la supervivencia de tiburones, ya que el 42% de sus especies están amenazadas de extinción, frente al 21% mundial.
2. Destrucción de hábitats
Los arrastreros industriales están arrasando los fondos marinos con redes en forma de saco que capturan todo lo que se encuentran, incluyendo especies amenazadas de peces y destrozando esponjas y corales de siglos de antigüedad.
Respondiendo a esta y otras amenazas, el Convenio de Biodiversidad de las Naciones Unidas determina que en 2012 el 10% de los mares debe estar protegido para frenar la pérdida de biodiversidad ecológica. La Unión Europea parte con sólo un 2,7% de superficie marina protegida, según estimaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN en inglés), por lo que es urgente actuar.
En la actualidad, las mayores áreas protegidas de la Unión Europea se encuentran en Alemania (el Parque Nacional del Schleswig-Holsteinisches Wattenmeer, con 267 km2), en España (el Área Marina Protegida de El Cachucho, con cerca de 230 km2) y en Grecia (el Parque Nacional de Alonissos-Vories Sporades, con 226 km2). De las tres, la única área exclusivamente marina es El Cachucho, en el mar Cantábrico. En cifras
El mar del Norte es el que sufre mayor impacto por el arrastre de fondo, con una extensión arrastrada anualmente de 57 millones de hectáreas, equivalente a la superficie total de sus fondos.
Hay unas 1.200 especies invasoras en los mares europeos, 6 veces más que hace 50 años. Dos tercios de ellas han colonizado el Mediterráneo.
3. Contaminación
El tráfico marítimo genera en Europa más de 20 millones de toneladas de residuos de hidrocarburos. Casi el 40% de los buques con pabellón comunitario muestra deficiencias en el cumplimiento del convenio MARPOL, que regula la contaminación marina. De hecho, la contaminación crónica por hidrocarburos que provocan el lavado de tanques, el vertido de aguas de sentinas y otros residuos oleosos suponen un peligro al menos tres veces superior al que representan las mareas negras que provocan los accidentes. A ello hay que añadir los efectos de basuras y otros contaminantes. En cifras:
-El Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo por hidrocarburos, con más de 400.000 toneladas al año; ceca del 15% de los vertidos de hidrocarburos del planeta.
-El Báltico tiene el récord en polución por fosfatos y nitratos, con cerca de 250.000 toneladas de nitrógeno y fósforo vertidas al año, casi 600 kilos por kilómetro cuadrado.
-El mar Negro es la mayor cuenca anóxica del mundo, con cerca del 87% de sus aguas sin oxígeno y con altos niveles de sulfuro de hidrógeno.
Las especies más sobreexplotadas
Bacalao: todos los stocks sobreexplotados.
Atún Rojo: la pesquería del Mediterráneo en riesgo de colapso comercial tras años en los que se ha pescado más de 4 veces lo aconsejado.
Merluza: bajo planes de recuperación que permiten artes que capturan más del 20% de juveniles.
Pez Espada: sobreexplotado en el Mediterráneo, con un 50-70% de capturas formadas por juveniles.
Anchoa: pesquería cerrada en el Cantábrico y pronto en más caladeros donde se está permitiendo pescar más del doble de lo aconsejado.
Solla: sobreexplotada en la mayoría de caladeros; su pesca genera descartes de hasta un 90%.
Merlán: pesquerías abiertas contra las recomendaciones científicas.
Rape: capturas superiores en un 40% a lo aconsejado.
Granaderos: poblaciones en declive que han caído un 90% en los últimos años debido a la sobrepesca.
OCEANA