A partir de los 200 metros de profundidad empezaron a aparecer las primeras colonias de corales blancos, tapizando las laderas del cañón y siendo especialmente numerosos en los extraplomos. Junto a ellos, gorgonias, corales negros, esponjas cristal y una rica y diversa fauna se concentran en esta zona.
Los corales blancos de aguas profundas y frías pueden formar uno de los ecosistemas más importantes de Europa. Se distribuyen entre los 200 y 3.000 metros de profundidad, aunque en las zonas más septentrionales pueden encontrarse a menor profundidad. Entre ellos se han llegado a contabilizar más de 800 especies diferentes y su formación puede llevar siglos o milenios. Algunas formaciones coralinas europeas han sido datadas en más de 8.000 años.
El cañón de Avilés, a unas 18 millas de la costa asturiana comienza a unos 180 metros de profundidad y llega a alcanzar los 2.000 metros. Ha sido propuesto como una zona de interés por WWF/Adena por la existencia del gran calamar gigante. Los recientes descubrimientos realizados por Oceana avalan aún más la importancia de este paraje y su necesidad de protección.
La longevidad de los ecosistemas que forman estos corales los hacen especialmente vulnerables. Recientes estudios han estimado que casi la mitad de los arrecifes de corales de profundidad de Europa han desaparecido, en especial, a causa del uso de técnicas de pesca destructivas como el arrastre de fondo.
“Aquí, en Asturias, encontramos uno de los ecosistemas más frágiles e importantes de Europa. Algunos corales ya están dañados por artes de pesca pero aún se mantienen colonias de gran importancia. Es urgente proteger estas zonas para asegurar la supervivencia de cientos de especies”, ha declarado Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana en Europa.
Hace apenas una semana, Oceana también pudo filmar los importantes bosques de corales árbol de Galicia. Durante los próximos días, el catamarán de investigación Oceana Ranger se dirigirá hacia el este de Asturias y Cantabria para seguir investigando los fondos marinos y detectar nuevos parajes submarinos de alto valor ecológico con el objetivo de proponerlos para su conservación.
“A pesar de la riqueza de sus fondos, el Cantábrico es el mar con menos áreas marinas protegidas de Europa. La sobreexplotación de sus recursos y la falta de áreas protegidas es un signo muy preocupante. El Gobierno español y todas las comunidades autónomas de este mar deben esforzarse por cumplir con los compromisos internacionales y acelerar la creación de nuevas reservas en las que los ecosistemas más vulnerables y las especies en mayor peligro puedan recuperarse”, ha declarado Xavier Pastor, Director de Oceana en Europa.
Antes del 2010, todos los países europeos deben presentar una lista de espacios protegidos marinos de acuerdo con la Convención OSPAR para la conservación del Atlántico Nordeste. Y para 2012, al menos el 10% de la superficie marina del mundo debe estar ya protegida para cumplir con los objetivos del Convenio de Biodiversidad de Naciones Unidas.
Oceana