OCEANA detalla los puntos clave para una efectiva recuperación de la anchoa.

Remitido por OCEANA:

Oceana pide a Francia y España que escuchen las peticiones de la flota de bajura del Cantábrico de cerrar la pesquería de la anchoa durante todo el tiempo que sea necesario para que se recupere la especie, otorgando ayudas a los afectados durante dicho periodo.

Actualmente, para que los pescadores puedan recibir ayuda de la Unión Europea ante el cierre de una pesquería debería ponerse a la anchoa bajo un Plan de Recuperación. Cualquier cierre temporal, como el de 45 días que propone el Secretario General de Pesca, Juan Carlos Martin Fragueiro, sería considerado una iniciativa unilateral fuera de los acuerdos de la Política Común de Pesca de la UE y no permitiría la recuperación de la anchoa. Además, para que el Plan de recuperación funcione sería necesario un acuerdo entre Francia y España, así como el seguimiento estricto de las medidas acordadas por Bruselas y los científicos.

Oceana, la organización marina dedicada a la investigación, protección y recuperación de los mares ya había alertado anteriormente sobre el mal estado de la anchoa en el Cantábrico y solicitado fuertes recortes en las capturas.

Según el análisis de Oceana, las medidas que deberían aprobarse de inmediato incluyen:

§ El cierre indefinido de la pesquería de anchoa hasta que la biomasa de reproductores de la especie supere las 33.000 toneladas.

§ Sólo entonces se podrían permitir las primeras capturas, siempre y cuando no se excedan los límites de seguridad para el stock, y se permita que la biomasa siga incrementándose.

§ Cierre total y permanente de la zona de reproducción y alevinaje que desde 1999 lleva reclamando ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar). Ver mapa más abajo.

§ Prohibición del uso de redes de arrastre pelágico para la captura de anchoa.

“Europa no puede cometer el error de perder a las flotas que siguen utilizando métodos de pesca selectivos y tradicionales. Oceana viene recomendando a la Comisión que apruebe un plan que favorezca a las flotas de bajura tradicionales”, afirma Xavier Pastor, Director de Oceana en Europa.

Pero Oceana no quiere que las malas decisiones en materia de gestión que cometen los gobiernos queden impunes. Pastor acusa a las administraciones de Francia y España de haber provocado esta crisis, por desoír repetidamente las alertas e informes de los técnicos, incluidos los de la propia Oceana. “Los ciudadanos europeos no deben pagar siempre los errores de los políticos que permiten artes destructivas y otorgan cuotas de pesca muy superiores a las recomendadas por los especialistas”, añade el Director de Oceana en Europa.

A finales del pasado año, la Comisión propuso recortar las cuotas de captura de anchoa de 2005 para evitar su sobreexplotación y permitir que se recuperara el stock, pero los gobiernos de España y Francia rechazaron esta propuesta y pidieron cupos seis veces superiores a los aconsejados científicamente. Ahora ambos gobiernos intentan pasar “la patata caliente” a la Comisión, que tendrá que decidir si ayuda a las flotas afectadas a pesar de que las capturas se otorgaron contra su opinión.

Lamentablemente, la Comisión no dispone de ningún sistema para sancionar a los países que gestionan mal las pesquerías, por lo que Oceana considera que deberían aprobarse medidas de este tipo para evitar nuevos colapsos.

“Cada año los debates de capturas en la UE se convierten en una especie de subasta en la que los gobiernos intentan conseguir las cuotas más altas posibles aunque sean totalmente disparatadas y vayan en contra de cualquier consejo científico. Luego, cuando las pesquerías se colapsan, vuelven a Bruselas reclamando ayudas que tienen que pagar todos los ciudadanos europeos, para subsanar sus errores.”, asegura Ricardo Aguilar, Director de Investigación y Proyectos de Oceana en Europa.

En declaraciones a los medios de comunicación el pasado mes de diciembre, cuando se otorgaron las cuotas de capturas, la ministra de Pesca española , Elena Espinosa se atrevió a asegurar públicamente que los informes científicos que llevaron a la Comisión Europea a proponer un recorte de las cuotas de explotación de la anchoa no reflejaban la realidad de los caladeros. En una entrevista emitida por la emisora Punto Radio, que recogió a su vez la agencia Europa Press, dijo que Francia y España disponían de otros informes científicos “para demostrar que el caladero no está en condiciones como para llegar a reducciones tan drásticas”.

Oceana opina que la Comisión debe dotarse de sistemas para que se sancione duramente a los países que, desoyendo los consejos científicos y técnicos, como es evidente que ha sido el caso español, siguen promocionando la sobreexplotación. Los gobiernos tienen que empezar a asumir sus responsabilidades y dejar de jugar tan alegremente con el medio ambiente, los recursos pesqueros, los puestos de trabajo y el dinero de los europeos.

OCEANA

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