Según el buque de salvamento marítimo Clara Campoamor el viernes empezaron las actividades para preparar la retirada del fuel que queda en el barco hundido. Oceana encontró una nueva mancha reciente que derivaba hacia el oeste desde la ubicación del pecio.
La mancha no era de gran densidad y en algunas zonas está muy mezclada con el agua, pero ocupaba una extensión de más de medio kilómetro de longitud.
Durante las tareas de muestreo del impacto del fuel, el catamarán Oceana Ranger pudo ver que en la zona del vertido se encontraban delfines mulares y distintas especies de peces nadando entre las manchas de fuel, así como cormoranes con manchas en su plumaje, cangrejos, lapas y barnaclas totalmente cubiertos de chapapote. También había algunas algas costeras, como Laurencia obtusa o Padina pavonica, afectadas por el vertido. Las praderas de Posidonia oceanica no parecen haber sufrido gran daño, de momento, aunque las más costeras y en zonas más superficiales empezaban a mostrar algunas manchas de combustible.
La mancha de fuel se extendió a lo largo de varias millas de la costa sudeste de Ibiza penetrando en diversas calas y playas que tuvieron que ser cerradas al baño. Es muy posible que nuevas manchas de fuel lleguen a la costa más meridional.
“Hasta el momento, las especies más afectadas son las costeras, especialmente en aquellas zonas donde las manchas han ido llegando y congregándose a lo largo del día. Hemos podido ver también algunas aves marinas con el plumaje manchado, pero que todavía podían valerse por sí mismas”, ha declarado Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana, quien se encuentra a bordo del Ranger.
Aunque la mancha no es de las dimensiones de una gran marea negra provocada por un petrolero, este tipo de accidentes, unido a los vertidos ilegales de aguas oleosas y sentinas y al lavado de tanques, son los que provocan la contaminación crónica de los mares. De hecho, más del 90% de los accidentes con vertidos de hidrocarburos al mar son de menos de 500 toneladas.
Oceana