Esta es la tercera vez este año que Oceana denuncia las infracciones de este tipo, la inmensa mayoría impunes, cometidas por la flota arrastrera española durante la campaña que se está llevando a cabo durante 2007 a bordo del catamarán Oceana Ranger.
Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana para Europa ha manifestado: “Desgraciadamente, suponemos que esta denuncia tampoco será la última. La flota de arrastre infringe constantemente la legislación vigente sin que las autoridades se lo impidan y la frecuencia de las denuncias infructuosas efectuadas tanto por particulares como por los propios profesionales de la pesca que utilizan otros artes es muy elevada”.
En el Mediterráneo el arrastre de fondo está prohibido a profundidades inferiores a los 50 metros y a menos de tres millas de la costa. También se encuentra prohibida la pesca con este arte sobre fondos de fanerógamas marinas, de algas rojas calcáreas (maërl) y de coralígeno. Pese a ello, las praderas de fanerógamas del área protegida de Maro-Cerro Gordo (Málaga) han sido casi totalmente arrasadas. El mismo peligro sufren otras zonas de alto valor ecológico del litoral andaluz.
Oceana hace un llamamiento a todas las personas que observen esta actividad ilegal para que informen tanto a las delegaciones provinciales de las Consejerías de Agricultura y Pesca, como al Ministerio de Agricultura y Pesca y a la Guardia Civil, con el fin de obligarles a salir de su pasividad y dedicar muchos más medios a la vigilancia pesquera.
Según una comunicación de la Comisión Europea, España es el segundo país de la UE con más infracciones graves en pesca, sólo superado por Italia. Pero las sanciones que se aplican a los infractores parecen no ser lo bastante disuasorias, o la medidas de control insuficientes, sobre todo en lo referente al arrastre de fondo en aguas españolas.
“El arrastre de fondo es una modalidad de pesca altamente destructiva para los fondos marinos” – ha declarado Xavier Pastor – “y las zonas protegidas por la ley contra este arte de pesca son ya de por si insuficientes como para que, además, no sean respetadas”.
OCEANA