Los productos se ofrecían tanto a particulares como a restaurantes de la zona sin haber pasado por lonja, según exige la ley. Entre las capturas desembarcadas había gambas, langostinos, rapes y otros peces.
Las actividades se realizaron a plena luz del día y ante la mirada de todos cuantos pasaban por allí. Algunos pescadores artesanales que pasaban por la zona les recordaban a los arrastreros que lo que estaban realizando era ilegal, pero las operaciones continuaron con el trasbordo de las capturas a distintas furgonetas y automóviles que abandonaron rápidamente la zona portuaria.
“La impunidad con la que se realizan estas actividades es sorprendente. La venta ilegal se estaba produciendo frente a la Policía Portuaria y a menos de 100 metros de donde estaba atracado nuestro barco el Oceana Ranger”, ha declarado Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana Europa a bordo del Ranger.
Este tipo de venta ilegal es muy preocupante por el impacto que puede tener para los stocks pesqueros, ya que estos desembarcos no son declarados, por lo que resulta imposible saber el volumen total de capturas, el estado real de los recursos explotados, y si se están cumpliendo o no con las tallas mínimas. Además, al no pasar por lonja, no reciben ni siquiera la supervisión sanitaria para autorizar su venta para consumo humano.
En la actualidad hay 89 buques arrastreros de la Comunidad Valenciana que tienen licencia para faenar en caladeros de Ibiza y Formentera, aunque no pueden hacerlo simultáneamente más de 40 embarcaciones. Estos buques, que tienen una potencia media un 30% superior a los arrastreros de las islas, llegan a realizar casi el 40% de las capturas de gamba roja en Baleares y el 12% de las de langostino, sin embargo, dada la venta ilegal, es posible que este porcentaje sea superior.
Oceana