OCEANA INVESTIGA LOS PUERTOS FRANCESES DEL MEDITERRANEO PARA DESTAPAR UNA FLOTA ILEGAL DE REDEROS

Investigadores de la organización internacional de conservación marina Oceana realizaron una expedición a lo largo de todo el litoral francés y monegasco, recorriendo alrededor de 2.000 kilómetros, y visitando 27 puertos en cuatro días. Durante el viaje consiguieron documentar la presencia de al menos 43 de los mayores barcos de la flota de rederos de deriva franceses, que utilizan unas redes bautizadas como thonailles.

Según reconocen los propios representantes de esa flota, muchos de esos barcos actúan ignorando la normativa de la Unión Europea que prohíbe desde el año 2002 la utilización de artes de enmalle de longitud mayor a 2,5 km para la captura de atún y pez espada.

De los barcos localizados, 13 de ellos portaban a bordo en el momento de su detención redes que mostraban una malla de entre 10 y 20 cm de lado, tamaño que sólo es utilizable para capturar especies como el atún rojo o el pez espada, cuya pesca con redes de enmalle a la deriva esta completamente prohibida. Pero además, la mayor parte de ellos exhibían redes mucho más largas que las permitidas por la Unión Europea para cualquier red de deriva, y cuyas longitudes se estimaron en algún caso hasta los 13 km.

A menudo los barcos mostraban la cubierta vacía de redes, pero se evidenciaba el equipo de manejo de thonailles: haladores de red, reflectores de radar y estrobos de señalización para redes de deriva. Además, sobre el muelle se almacenaban thonailles que sumaban decenas de kilómetros de largo y que fueron filmadas y fotografiadas por los investigadores.

El equipo de Oceana pudo documentar también la presencia de decenas de pequeños trasmalleros similares a los que existen en todos los puertos de los países mediterráneos. Algunas decenas de esos trasmalleros franceses, durante un corto periodo del año, pueden ocasionalmente dedicarse –en cualquier caso de forma ilegal- a la pesca de atún con las redes de deriva. Esos pequeños barcos, la mayor parte menores de 7 metros y tripulados por una o dos personas, pretenden ser utilizados como cobertura social por las dos docenas de barcos mayores que son los que en realidad utilizan las thonailles de forma mucho más intensiva y con redes de una longitud que llega a cuadriplicar las redes prohibidas por la Unión Europea.

Los investigadores que participaron en la expedición, miembros de la tripulación del catamarán de investigación Ranger, eligieron cuidadosamente las fechas. El largo fin de semana que rodeaba la fiesta nacional francesa garantizaba que prácticamente toda la flota pesquera estaría atracada en los puertos. Además, esos días coincidían con la luna llena del mes de julio. En ese periodo la pesca con artes de deriva no se lleva a cabo debido a que los peces pueden detectar la red y la esquivan. Por eso resultaba fácil encontrar a la mayoría de los rederos en sus puertos base.

Aunque las thonailles dirigen sus capturas al ya sobreexplotado stock de atún rojo (Thunnus thynus), desafiando así la prohibición europea, los mismos pescadores reconocen que capturan también centenares de cetáceos de especies amenazadas cada año.

Estos mueren asfixiados al quedar atrapados en sus redes. En particular se producen capturas de delfín listado (Stenella cureoalba), aunque con cierta frecuencia aparecen en la zona en la que
actúan las flotas de rederos de deriva, cadáveres de cachalotes (Physeter catodon) enredados en las mismas.

La flota que utiliza thonailles faena en los Golfos de León y Génova, y al norte de Córcega, y extiende sus redes incluso en el Santuario de Cetáceos del Mar de Liguria, que es una Zona Especial de Protección de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) transfronteriza gestionada por los gobiernos de Francia, Italia y Mónaco. Los mayores rederos tienen a menudo sus bases en los lujosos puertos de la Costa Azul, como Cannes, Saint Raphael, Niza y Montecarlo.

“Junto a la flota ilegal de rederos de deriva italianos, los franceses son los otros armadores europeos que desafían abiertamente la normativa comunitaria al respecto, como si las leyes que afectan a otros pudiesen ser ignoradas impunemente por ellos”, ha manifestado el biólogo pesquero Xavier Pastor, Director de Oceana para Europa. “Es hora de que las instituciones europeas se hagan respetar y que los recursos pesqueros y las especies protegidas puedan recuperarse de décadas de uso de esas redes destructivas”, concluye Xavier Pastor.

El Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea se reunirá en el mes de octubre
para analizar el uso, por parte de Francia e Italia, de redes de deriva que violan la
normativa europea y zanjar definitivamente esta cuestión.

Una flota española que utilizaba estos artes fue desmantelada a finales de los 90, aunque traspasó las redes a pesqueros marroquíes que las utilizan ilegalmente en el Mar de Alborán y el Estrecho de Gibraltar, para posteriormente exportar las capturas a Europa a través del puerto español de Algeciras.

OCEANA

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