Oceana ha manifestado su satisfacción por la ejemplar decisión de la Comisión Europea de haber multado con 57 millones de euros al Gobierno francés por haber permitido la captura y comercialización de merluza de tamaño inferior al permitido.
En muchos mercados europeos la comercialización de “pezqueñines” de merluza se ha convertido en una práctica habitual pese a que está prohibido por la legislación europea. En España también es habitual encontrar merluza de talla inferior a la permitida, normalmente denominada carioca, y que se trata de merluzas de apenas 10-20 centímetros que se encuentran muy por debajo de la talla en la que esta especie empieza a reproducirse. El Gobierno español, por lo tanto, podría ser el próximo objetivo de la Comisión Europea.
El stock de merluza del sur, que comprende a los especímenes de esta especie que se encuentran desde las costas Ibéricas hasta las costas del sur de Reino Unido e Irlanda, incluyendo el Cantábrico y Golfo de Vizcaya, suele ser capturada por flotas pertenecientes a España y Francia.
Desde hace tres años, los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) han recomendado el cierre de la pesquería por el mal estado del stock, propiciado principalmente, por la abusiva captura de especimenes subadultos.
“Es una satisfacción comprobar que la Comisión Europea pone en marcha mecanismos para hacer cumplir la legislación pesquera” – ha manifestado el oceanógrafo Xavier Pastor, director para Europa de Oceana- “los infractores deben comprender que el tiempo de la impunidad va llegando a su fin, y que el dramático estado de los recursos pesqueros no puede permitir ilegalidades ni picarescas”.
La merluza es capturada por medio de diferentes métodos de pesca, como el palangre de fondo, las redes fijas o el arrastre. De todas ellas, es el arrastre el que provoca mayores capturas de especies inmaduras, llegando en ocasiones a suponer hasta el 70% de los especimenes pescados, lo que pone en serio riesgo las poblaciones de merluza. Por esta razón, el stock sur de merluza ha pasado de las 15-25.000 toneladas que se realizaban durante los años noventa, a apenas unas 5.000 en la actualidad.
La talla mínima establecida por la UE para esta especie en el Atlántico y el Cantábrico es de 27 cm. A juicio de Oceana, aún respetando esta talla se estaría poniendo en peligro a la especie ya que la mayoría de las merluzas no empieza a reproducirse hasta que superar los 34-37 centímetros.
Por esta razón Oceana ha pedido a la UE que modifique su legislación y
aumente la talla mínima para esta especie
OCEANA