Oceana pide al gobierno que cierre las aguas de Baleares a la pesca industrial del atún rojo


La migración anual de los ejemplares reproductores de esta especie está llegando ya a la zona de Baleares y hacia allí se dirigen decenas de barcos cerqueros franceses e italianos, además de los seis pesqueros españoles con base en el puerto de l’Atmella (Tarragona). No se descarta, además, que incluso barcos con banderas de Libia o Turquía, matriculados en esos países por armadores europeos para burlar las normativas europeas, puedan intentar pescar en esas aguas durante las próximas semanas. El propio Director General de Recursos Pesqueros, Fernando Curcio, reconoció en la rueda de prensa que se celebró el pasado jueves, la grave situación de sobrepesca en la que se encuentra esta especie.

La zona que se encuentra al sur de las Baleares es la principal área de reproducción de atún rojo en el Mediterráneo, y una de las dos más importantes del mundo. En la última década esta zona ha sido asediada por grandes barcos pesqueros industriales, dotados de enormes artes de cerco y apoyados, ahora de forma ilegal, por avionetas que detectan la presencia de los bancos de pescado y permiten dirigir con precisión a la flota hacia sus objetivos. El resultado de esta pesca intensiva está llevando a la extinción comercial de una especie que durante siglos había sido pescada de forma sostenible en el Mediterráneo, y que ha visto reducida su abundancia en un 80% desde el año 2000.

Frente a esta situación, organizaciones como WWF y Oceana han pedido al Gobierno español y a la Unión Europea la creación de un santuario en el que se prohíba la pesca industrial de atún. El Parlamento Balear aprobó por unanimidad, a finales del pasado año, una resolución que insta al gobierno español y a la Comisión Europea a cerrar de forma permanente esa zona a la pesca industrial.

“La Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, tiene en su mano la posibilidad de contribuir efectivamente a evitar el colapso de la población de atún rojo en el Mediterráneo” –ha manifestado Xavier Pastor, Director de Oceana en Europa. “Las propias autoridades pesqueras españolas reconocen la gravedad de la situación, mientras afirman que el número de barcos pesqueros españoles es insignificante si se compara al de otros países que pescan atún en el Mediterráneo. En esta situación, no se comprende por qué España no toma inmediatamente la decisión de cerrar las aguas de la zona de protección pesquera que se extiende unas sesenta millas alrededor de las Baleares, y solicita además a la Comisión Europea una resolución similar”, ha comentado Xavier Pastor.

Según Oceana, los cargos políticos que tienen en sus manos la posibilidad de detener el desastre ecológico y económico que representaría el colapso del stock de atún rojo en el Mediterráneo, y sus repercusiones en el resto del Atlántico oriental, se convertirán personalmente en responsables del mismo.

OCEANA

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