Oceana pide protección urgente para los ecosistemas Atlántico-Cantábricos

La campaña se enmarca dentro del acuerdo de colaboración que Oceana viene desarrollando durante tres años con la Fundación Biodiversidad en un esfuerzo por documentar y proponer espacios marinos de especial interés o vulnerabilidad para que sean protegidos. Ana Leiva, Directora de la Fundación
Biodiversidad, ha destacado la importancia de aumentar el número de espacios marinos protegidos, y del impacto positivo que esta medida puede tener en la preservación de los recursos y la biodiversidad marina.

Durante esta campaña, se han recorrido más de 3.000 millas marinas y se han realizado inmersiones en una treintena de lugares. Con la ayuda de un robot submarino y un equipo de buceadores se han observado fondos hasta los 350 metros de profundidad, donde se han encontrado bosques de corales amarillos, campos de esponjas, comunidades de estrellas plumosas o crinoideos, estaciones de limpieza para peces luna, corales blancos de aguas frías, tiburones y quimeras de aguas profundas, etc.

El material recopilado, que consta de cerca de 200 horas de filmación submarina y más de 5.000 fotografías, está siendo analizado para elaborar un informe que Oceana presentará al público junto con Fundación Biodiversidad en 2009. Dicho informe servirá de base para la creación de nuevas áreas marinas protegidas en estos mares europeos.

Según los acuerdos firmados por la Unión Europea y todos sus estados miembros, antes de 2010, todos los países ribereños del Atlántico Nordeste deben presentar una lista de espacios protegidos para su inclusión en una red de zonas de conservación. Asimismo, y según el convenio de Biodiversidad de Naciones Unidas, para 2012, al menos el 10% de la superficie marina del planeta debe estar bajo alguna figura de protección.

Hasta la actualidad, el Cantábrico y las costas gallegas tienen muy pocas zonas marinas protegidas. El parque Nacional de las Islas Atlánticas y la Reserva de Os Miñarzos en Galicia, el Área Marina Protegida del Cachucho frente a Asturias o el biotopo protegido de San Juan de Gaztelugatxe son, junto a algunas pequeñas zonas litorales, los únicos lugares que están bajo esta categoría. “En total, el área protegida no llega ni al 0.3% de la superficie marina, muy lejos de los objetivos marcados”, comenta Xavier Pastor, Director de Oceana en Europa. Muy posiblemente, en los próximos años, el banco de Galicia pase a formar parte de esta lista.

En una primera y preliminar evaluación de los datos obtenidos, Oceana ha llegado a algunas conclusiones, unas preocupantes y otras esperanzadoras. “Nos ha sorprendido descubrir que las aguas cantábricas muestran una escasez de peces alarmante. Muchas especies comerciales, como el rape, la merluza, el lenguado, la cigala, etc., se encuentran en grave peligro de colapso”, indica Ricardo Aguilar, director de la expedición a bordo del Oceana Ranger. Igualmente preocupante son las continuas manchas de hidrocarburos que se pueden observar en el Golfo de Vizcaya a causa de los vertidos ilegales de aguas de sentinas por parte de la flota mercante que navega por la zona.

Por otra parte, el estado de los fondos muestra algunas zonas bien conservadas y de gran interés para la recuperación de los ecosistemas en el futuro, entre ellas destacan los bajos de Bermeo y Niebla en Galicia, el cañón de Avilés en Asturias, los bajos de la Maruca o Castro Verde en Cantabria o los alrededores de cabo Matxitxaco en Euskadi.

Otros lugares de interés son todas las rías gallegas, las islas Sisargas, el cabo de Peñas y bajos cercanos, los alrededores de la ría de Oriñón o el cañón de Aquitania

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