En total, 151 embarcaciones han sido observadas vinculadas al uso de redes de deriva durante la campaña de Oceana en 2007. En el caso italiano muchas de ellas han sido subvencionadas para la reconversión a otros artes de pesca, si bien continúan utilizando este arte ilegal. Los documentos presentados por Oceana facilitan además un análisis de la flota y de las causas que han llevado a la continuidad de una actividad ilegal a pesar de haberse puesto en marcha planes de reconversión, fondos comunitarios y todo tipo de medios a fin de evitar lo contrario.
Durante la rueda de prensa, la organización internacional de conservación marina ha querido incidir en el actual contexto de la política pesquera comunitaria, en cuyo ámbito se están negociando una nueva reglamentación sobre pesca Ilegal no Declarada y no Reglamentada (IUU en inglés) y nuevas medidas para mejorar el control de la pesca en la UE, que a todas luces se ha demostrado totalmente ineficaz a la hora de garantizar la aplicación de la legislación en vigor.
Maria José Cornax, científica marina de la organización internacional, ha declarado: “Cuando se habla de pesca Ilegal no Declarada y no Reglamentada, se tiende a pensar en caladeros de aguas lejanas y en flotas bajo pabellón de conveniencia, sin darnos cuenta de que el uso de redes de deriva es una actividad IUU desarrollada por nuestra propia flota”. En relación a las medidas de control ha añadido: “Oceana, a partir del análisis de los datos obtenidos sobre el terreno y de las causas que hacen qué más de un centenar de barcos continúen utilizando este arte de pesca ilegal, plantea una serie de recomendaciones que en realidad son aplicables al conjunto de la flota del Mediterráneo”.
La mayor parte de las medidas propuestas por Oceana se enmarcan dentro del Régimen de control en la política pesquera comunitaria. Inspecciones reales en los puertos de pesca, aplicación real del uso de las cajas azules o Sistema de Localización de Buques (SBL), la aplicación de sanciones en caso de infracción suficientemente disuasivas como para evitar que se repitan, o la devolución de las subvenciones percibidas en caso de fraude, son sólo algunos de los argumentos esgrimidos por la organización de conservación marina, cuyo objetivo es la total eliminación del uso de redes de deriva en el mar Mediterráneo.
Xavier Pastor Director de Oceana Europa ha concluido: “La continuidad en el uso de redes de deriva por la flota europea, 6 años después de la entrada en vigor de la prohibición, cuestiona todo el funcionamiento de la política pesquera comunitaria, pero además provee un ejemplo claro de la necesidad inmediata de poner en marcha nuevas medidas de control adaptadas a la realidad de la pesca y que garanticen el cumplimiento de la legislación vigente.”
Oceana lleva a cabo una campaña activa contra el uso de redes de deriva en el Mediterráneo. Estas redes cuya altura puede alcanzar los treinta metros y cuya longitud puede ser de varios kilómetros, constituyen un muro infranqueable para gran número de especies marinas, muchas de ellas amenazadas, como cetáceos, tortugas y tiburones. Por ello, en 1992 se acordó una moratoria internacional contra el uso de este arte de pesca en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas. En la Unión Europea están prohibidas desde 2002 para la captura de especies como el pez espada, atún rojo o lampuga.
Sin embargo, más de 500 embarcaciones continúan utilizando redes de deriva en el Mediterráneo en países como Italia, Francia, Marruecos, o Turquía. Oceana lleva a cabo un seguimiento anual de estas flotas, tanto en puerto como en alta mar.
OCEANA