OCM Aceite: Ucaman propone ayuda mixta entre superficie y producción

Esta fórmula sería la única que permitiría preservar el potencial productivo de Castilla-La Mancha, segunda Comunidad productora, y a la par la continuidad de las zonas de baja producción

De cara a la próxima reforma del sistema de ayudas al aceite de oliva, prevista para el segundo semestre de 2004, desde la Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (UCAMAN) se propone un novedoso sistema de ayuda mixta que otorgue la mayor parte de la ayuda en función de la superficie (y que no lleva penalización en años de grandes cosechas) y otra en función de las producciones reales obtenidas (que por otra parte permiten mantener los útiles y actuales controles de la ayuda a la producción).

Esta iniciativa será planteada desde el seno de UCAMAN al resto de Organizaciones Profesionales Agrarias de la región, partidos políticos, sindicatos y resto de los agentes sociales para conseguir una OCM de Aceite que preserve los intereses de la olivicultura en Castilla-La Mancha, segunda Comunidad productora a nivel nacional con más de 80.000 olivicultores y 230 almazaras. Del total de almazaras de la región, 126 son cooperativas y lo más significativo es que elaboran el 64% del aceite de la región.

Ventajas del sistema

Las cooperativas observan que las ventajas que aporta este sistema de ayudas mixto son la única garantía de una renta mínima y fija al olivicultor vía ayudas por hectárea y además incentiva la permanencia del cultivo en zonas de olivar que corre riesgo de arranque, así como la estructura industrial que rodea a este tipo de olivar. Pero además premia el cultivo efectivo y la productividad, al recibirse una parte de la ayuda directamente con la producción. De paso cumple con los requerimientos de las directrices de la OMC de desacoplamiento de ayudas de la producción. Además obligaría a mantener las cuantificaciones reales de la producción, que procesadas por la Agencia del Aceite suponen unos datos realmente fiables y útiles y actualmente esenciales para el sector.

Así la propuesta consiste en dividir la Cantidad Nacional Garantizada (CNG) asignada a España (760.027 toneladas, en el caso de que no se consiguiera un aumento de la misma) en dos partes diferenciadas a la hora de la concesión:

-Un porcentaje mayoritario de la CNG española se distribuiría por hectárea linealmente entre todas las hectáreas españolas en declaración de cultivo.

-El resto de la CNG se distribuiría en función de la producción real certificada por la almazara. Sobre este tramo es sobre el que se aplicaría una eventual penalización por sobreproducción.

Otros aspectos importantes en la OCM que ahora se reforma y que las cooperativas reclaman es la elevación de la Cantidad Nacional Garantizada española a los niveles productivos reales que se han dado en los últimos años o que se establezca una cantidad máxima garantizada a nivel de la UE. Además es importante conseguir una modificación del régimen de almacenamiento privado para que su desencadenamiento sea automático, adecuando el precio de desencadenamiento a los niveles de mercado actuales, y flexibilizando la salida al mercado del aceite cuando se recuperen los niveles de precios.

Antecedentes de la OCM del Aceite de Oliva

Tras dos reformas sucesivas que han venido prolongando el sistema de ayudas que actualmente tenemos en el aceite de oliva (la ayuda se percibe en función de la producción real de aceite de cada explotación de cada olivicultor) se empieza a plantear una reforma de este sistema, que probablemente se acuerde en el segundo semestre del año 2003 para aplicarse a partir de noviembre de 2004.

Siendo Casilla la Mancha la segunda comunidad autónoma productora en España, esta reforma del sistema cobra vital importancia. La Comisión sectorial de aceite de oliva de UCAMAN, reunida ayer en Alcázar de San Juan, determinó que la propuesta de la ayuda mixta es la más adecuada y justa teniendo en cuenta que, según la propia Comisión Europea “La ayuda a la producción incita a un aumento de la producción más allá de lo que puede incitar la demanda de mercado y esto ocurre fundamentalmente en las zonas de mayor productividad en detrimento de las zonas con bajas producciones, lo que crea dificultades sociales (debilitamiento de las explotaciones en zonas de baja productividad) y medioambientales (intensificación excesiva de la producción en algunas zonas., riesgo de abandono en otras)”

Estos problemas que genera la ayuda a la producción pura y dura ya se conocían cuando en el año 98 se prometió a los olivicultores, especialmente a los de regiones de cómo Castilla la Mancha, una ayuda de tipo agroambiental para los olivares de baja producción – que recodemos en aquel momento fue reconocido por todos que salían perjudicados y corrían riesgo de abandono con una ayuda directa a la producción – . Esta ayuda nunca llegó, por variadas razones, pero sobre todo porque la protección del olivar de media y baja producción debe provenir de la propia OCM (del sistema de ayudas) y no de otros fondos y medidas, como las agroambientales, con objetivos distintos.

Para las más 330.000 has de olivar de Castilla la Mancha con rendimientos medios por hectárea en 2002 de apenas 220 kg. de aceite, con las grandes cosechas que se avecindan por las altas producciones de otras regiones – superiores al millón de toneladas de largo, si es que no se aproximan al 1.500.000 – sólo las economías de escala y las explotaciones de alto rendimiento por unidad de coste podrán competir y pervivir a los niveles de precios de mercado que implican estas enormes cosechas. El panorama de distribuirse la ayuda únicamente por producción está claro: desplazamientos de las producciones de unas zonas a otras, abandono del olivar tradicional y de las estructuras industriales que lo rodean, pérdida de la diversificación de cultivos en muchas zonas de la región.

UCAMAN

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