La reunión se celebra en la sede del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena hasta el próximo viernes 15.
Según los participantes, las técnicas científicas podrían disminuir los riesgos de crisis alimentarias en el futuro.
El director de la División de Estudios Genéticos del OIEA, Pierre Lagoda, explicó que los expertos estudiarán los beneficios de las mutaciones inducidas de las plantas en el contexto del alza de precios y del cambio climático.
La intervención científica en la producción de alimentos data de hace más de 80 años, cuando empezaron a utilizarse radiaciones y químicos para generar variedades de plantas resistentes a las plagas o para adaptarlas a terrenos de gran altitud o salinidad.
El OIEA ha trabajado con técnicas de radiación para inducir mutaciones desde la década de los años 60 con el objetivo de mejorar la productividad de los cultivos.
El proceso de mutación inducida no introduce ningún agente extraño al genoma, simplemente lo induce para acelerar su mutación que, de no estimularse deliberadamente, se produciría más tarde de manera natural.
A la fecha existen 2.700 variedades de cultivos de mutación inducida que han aportado grandes beneficios socioeconómicos a las comunidades que los producen, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
ONU