Y es que esta condición no la cumplen la gran mayoría de las madres que viven y trabajan en el medio rural porque el Gobierno impide que se den de alta en el REASS las mujeres que trabajan en su explotación.
No cabe duda de que esta medida de los 100 euros al mes es una nueva marginación del Gobierno a las mujeres trabajadoras del medio rural al no tener en cuenta que además de ser madres están cumpliendo una función social al contribuir a frenar la despoblación de nuestros pueblos.
El Gobierno y en su caso la Agencia Tributaria se han encargado de vender esta medida como una panacea. Dicen que compensa económicamente a cientos de miles de mujeres que día tras día se ven en la obligación de acudir a su centro de trabajo, teniendo que dejar sus hijos en una guardería; eso sí, siempre y cuando tengan plaza y vivan en la ciudad, ya que este servicio no está disponible en los pueblos.
Lo cierto es que todos los medios de comunicación han coincidido en recoger en grandes titulares la importancia de la medida, ya que 1.200 euros al año puede suponer el equivalente a una paga extraordinaria más, siempre que tengas un contrato por encima del `mediocre´.
Desde ese día sigo muy atento esperando que nos expliquen quienes cobrarán de verdad estos 100 euros al mes. Según mis cuentas sólo tendrán derecho aquellas madres que tengan una nómina alta o que en su declaración de la renta les permita desgravarse.
En todo caso me parece esperpéntico que una vez más se utilice a las mujeres con hijos menores de tres años con un fin electoralista.
Con toda esta cascada de informaciones quizás me he perdido y no he logrado entender si esta ayuda es para quien pare o para quien se ocupa de criar el bebé, indistintamente sea mujer u hombre. ¿Esto es un paso más en la igualdad de sexos?
En todo caso no cabe duda de que esta medida es netamente electoralista y en el campo no hay muchos votos –cada vez menos-. Por ello el Gobierno no ha tenido ningún interés en articular la medida para que se puedan acoger a la misma las mujeres, madres y trabajadoras que ejercen la actividad agraria por el mero hecho de no tener un contrato de trabajo con el marido o compañero.
UPA CyL