Artículo de opinión de AGPME
Incomprensiblemente el Ministerio de Medio Ambiente español ha votado en contra de que un país de la UE como Hungría pueda cultivar Organismos Genéticamente Modificados (OGM), impidiendo la aplicación de la biotecnología en el campo y retrasando la divulgación de tecnologías desarrolladas en todo el planeta en más de 100 millones de Has.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha hecho recomendaciones positivas a favor de los OGM, por lo que posicionamientos de carácter estrictamente políticos en el uso del voto por parte del Ministerio de Medio Ambiente, supone llevar al cultivo del maíz a una alarmante pérdida de competitividad y riesgo de desaparición de una cosecha deficitaria en España y cultivo imprescindible en muchos regadíos.
Precisamente ahora, se da la circunstancia de una enorme demanda de maíz a nivel mundial, cuyos precios no paran de subir dado el tirón de grano de la industria de biocarburantes que ha llevado a Estados Unidos, máximo productor mundial, a destinar en este momento más de 50 millones de Tm para etanol, cifra que alcanzará más 80 millones de un total de cosecha en USA prevista 2007-8 de 309 millones de Tm.
Los transgénicos que se cultivaron en España en 2006, 53.667 Has de un total de 362.215 Has ( 14,8%), suponen rentabilizar un cultivo demandado insistentemente por la industria agroalimentaria con un absoluta garantía sanitaria y mejores prestaciones medioambientales y controles de seguimiento que el convencional.
La insensibilidad y el desprecio que supone un voto en contra de este cultivo en Europa por parte de Medio Ambiente preocupa al AGPME que ve como se sitúan el resto de países y ocupan mercados que vocacionalmente serían para países como España, en principio potencia indiscutible en materia agraria y alimentaria.
Desde el AGPME se insta al Gobierno español a tomar medidas y a procurar soluciones para el campo y la aplicación de la biotecnología es una herramienta que ningún Gobierno puede despreciar a riesgo de retrotraer a su agricultura al Neolítico.
AGPME