La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, a propuesta de la Autoridad Portuaria de Tenerife, publicó el pasado 28 de noviembre en el Boletín Oficial de Canarias su intención de rebajar la protección de las praderas submarinas (denominadas sebadales) de la segunda categoría (“sensible a la alteración de su hábitat”) a la cuarta (“de interés especial”). Por si esto fuera poco, proponen excluir de cualquier categoría de protección aquellos sebadales ubicados en el área marina donde está proyectada la construcción del polémico puerto de Granadilla (Tenerife). Estas medidas se fundamentan en un cuestionado estudio de los técnicos del Servicio de Biodiversidad de la Dirección General del Medio Natural del Gobierno de Canarias, que concluye en que la extensión de sebadales supera en un 51% la estimada en el año 2001.
La respuesta del sector científico y de los grupos ecologistas no se ha hecho esperar. Reconocidos investigadores de las dos universidades canarias han presentado un documento que echa por tierra esa supuesta mejora y por el contrario demuestran de forma irrebatible que los sebadales están en clara regresión.
Los cuatro grupos ecologistas, en base al artículo 24 de la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, han solicitado al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino la inclusión de los sebadales canarios como “Hábitats en Peligro de Desaparición”, al considerar que esta regresión es un hecho constatado. Las cuatro asociaciones instan al Gobierno de Canarias a dar marcha atrás en su lamentable intento de desprotección de esta especie clave, motivada únicamente para poder construir todo tipo de intervenciones en el litoral que, hoy por hoy, no es factible por la existencia de esta especie protegida.
WWF