Este año, el Día de Acción Global llega acompañado de malas noticias: mientras los efectos del cambio climático, que ya se están manifestando, superan las predicciones más pesimistas de los científicos, la lucha contra el calentamiento del planeta sigue acusando una enorme falta de liderazgo. Sólo queda un año para alcanzar el acuerdo de reducción de emisiones al que la comunidad internacional se comprometió en la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas celebrada en Bali, y no hay muestras claras de progreso en las negociaciones. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan creciendo, la pérdida de hielo de los casquetes polares ha sobrepasado las peores previsiones científicas, y millones de vidas humanas y de especies vegetales y animales están en riesgo.
España, por su parte, sigue siendo el país más alejado del cumplimiento de los objetivos de Kioto y se presenta en las negociaciones europeas como uno de los mayores defensores del establecimiento de un sistema de mecanismos externos que le permita alcanzar los objetivos de reducción de emisiones sin tener que hacer frente a grandes esfuerzos de reducción a nivel interno.
«La falta de liderazgo en la lucha contra el cambio climático, tanto en el ámbito europeo como internacional, es evidente. Parece que los gobiernos todavía no comprenden la urgencia de actuar frente a esta crisis» ha declarado Francisco Caño, responsable de medio ambiente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), como representante de las organizaciones vecinales y de consumidores.
De cara al tramo final de la Conferencia de este año, en Poznan (Polonia), en la que deberían sentarse las bases de dicho acuerdo, los augurios no pueden ser más pesimistas: la Unión Europea, líder tradicional en la materia, llega a la cumbre dividida y sin un consenso respecto al paquete de medidas europeas para la lucha contra el cambio climático. Las fuertes presiones de algunos países por minar los esfuerzos de reducción de emisiones con constantes y los estados miembros parecen más preocupados por el impacto de la crisis económica que por evitar la mayor amenaza ambiental a la que se enfrenta la humanidad.
«La crisis en la que estamos inmersos no es excusa para no actuar y, de hecho, las consecuencias económicas de no hacer frente al cambio climático van a ser mucho peores» ha declarado Mario Rodríguez, director de campañas de Greenpeace, en representación de las organizaciones ecologistas.
En la actualidad, se dispone de la información y los medios necesarios para hacer frente a la crisis climática en el contexto económico actual, tal y como ha declarado Carlos Uriarte, responsable del Área Social de la Unión Sindical Obrera (USO), «España tiene, más que nadie, la solución a su alcance. Somos un país con un enorme potencial en energías renovables, que, además de ser la clave en la lucha contra el cambio climático, se están revelando como una de las mayores fuentes de empleo en la actualidad».
Adena