Países ricos y países pobres en defensa mundial de las semillas

El paso decisivo fue la firma de Suecia del acuerdo de creación del Fondo, con lo cual éste cuenta con 12 firmantes de cinco regiones del mundo y cumple con creces las condiciones establecidas por el derecho internacional para su reconocimiento.

Suecia se une a Cabo Verde, Ecuador, Egipto, Etiopía, Jordania, Malí, Marruecos, Samoa, Siria, Tonga y Togo, que son los otros países signatarios del Fondo.

Además de firmar el acuerdo, Suecia anunció la aportación al Fondo de 50 millones de coronas, equivalentes a cerca de siete millones de dólares EE UU. Este nuevo donante se une a muchos otros, comprendida Etiopía, uno de los 10 países más pobres del mundo, que anunció recientemente su contribución de 50 000 dólares.

Estos recursos se destinarán a la acumulación de un fondo de 260 millones de dólares que se utilizarán para financiar la conservación de las colecciones más amenazadas y valiosas de diversidad agrícola.

El Fondo se crea en un momento de pérdida sin precedentes de diversidad vegetal agrícola y silvestre, y de extrema pobreza y hambre en muchas partes del mundo. La inestabilidad y la precaria financiación ponen en peligro incluso a los bancos de genes, cuyo fin es ser un resguardo seguro para la diversidad agrícola.

«Países ricos y países pobres están firmando por igual en apoyo al Fondo», declaró Geoff Hawtin, Secretario Ejecutivo del Fondo. «Esto demuestra que reconocen la urgencia de proteger las colecciones de agrodiversidad para todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo o de la región del mundo a la cual pertenezcan.»

«Etiopía es un país que tiene una enorme agrobiodiversidad pero es muy pobre en recursos económicos», explica el Dr. Tewolde, Director General de la Autoridad de Protección Ambiental de Etiopía y miembro de la junta ejecutiva provisional del Fondo. «El futuro de los etíopes -y del resto de la humanidad- no puede ser seguro sin seguridad agrícola. Por lo tanto, acogemos con beneplácito la oportunidad de contribuir a salvar las colecciones de agrodiversidad del mundo.»

«Suecia le atribuye un gran valor a la diversidad agrícola», dijo Mats Âberg, Director Adjunto del Departamento de Desarrollo Mundial del Ministerio de Asuntos Exteriores. «El Banco de Genes Nórdico, del que formamos parte, ha tomado estrictas medidas para proteger la diversidad de nuestra región, y coopera para la conservación de colecciones en el sur de Africa y de nuestros vecinos bálticos. Pero somos conscientes de que no es suficiente. El legado agrícola de la humanidad tiene que protegerse en todas partes.»

Rescate y recuperación

El objetivo del Fondo es proporcionar una fuente segura y sostenible de financiación para las colecciones de diversidad agrícola más importantes del mundo.

Existen más de 1 400 colecciones de diversidad agrícola en más de 100 países, que son la mejor fuente de la materia prima necesaria para que los agricultores y mejoradores creen cultivos resistentes, fiables, productivos y nutritivos. Contienen rasgos genéticos que permitirán a los cultivos afrontar los cambios de clima, las plagas y enfermedades, además de incrementar la productividad para alimentar a una población humana en constante crecimiento.

Los recursos del Fondo, de unos 12 millones de dólares al año, financiarán los costos de conservación de colecciones nacionales e internacionales de diversidad agrícola. El Fondo además financiará el rescate y recuperación de colecciones que están en peligro, y creará capacidad en los países en desarrollo para la gestión de esas colecciones.

«La mayor parte de las colecciones de cultivos del mundo funcionan con presupuestos en extremo limitados», explicó Hawtin. «Muchos países en desarrollo tienen problemas con el suministro de electricidad, ya no se diga para apoyar la conservación a largo plazo de su diversidad agrícola, la que, sin embargo, es decisiva en la lucha contra el hambre», añadió.

Etiopía ha sido considerada «una canasta viva de semillas» debido a su asombrosa variedad de especies silvestres y domesticadas de semillas y cereales. Etiopía ocupa un primer lugar por su acervo genético de cultivos como la semilla de niger (Guzotia abyssinica), tef (Eragrostis tef) y la mostaza de Etiopía (Brassica carinata), y un segundo lugar por sus genes de cultivos como el trigo duro, cebada, sorgo, mijo africano, linaza, sésamo, azafrán, habas, guisante de campo, garbanzo, lenteja, caupí, fenogreco y alverjón.

Hoy en día, en Etiopía 4,5 millones de personas sufren de escasez de alimentos. En 2002 este país experimentó su peor hambruna desde 1984, en la que alrededor de 15 millones de personas corrían peligro de morir de hambre.

Aprovechar el pasado

El Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos ha recaudado unos 51 millones de dólares a la fecha y otros 60 millones de dólares están en negociación. Además de Etiopía y Suecia, los otros donantes son Australia, Brasil, Canadá, Colombia, Egipto, los Estados Unidos, Suiza, el Consejo de Investigación y Desarrollo de Cereales de Australia, Syngenta, Pioneer/Dupong, la Fundación Gatsby, la Fundación Rockefeller, la Fundación Syngenta, la Fundación de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y los Centros Future Harvest.

«La FAO acoge con beneplácito la creación del Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos a tan poco tiempo de la entrada en vigor del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura», declaró Louise Fresco, Subdirectora General del Departamento de Agricultura de la FAO. «El Fondo contribuirá a la realización de uno de los objetivos del Tratado: la conservación segura de la diversidad agrícola.»

«El IPGRI está orgulloso de haber participado en la materialización de esta histórica iniciativa «, señaló Emile Frison, Director General del Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI). «Esperamos seguir ofreciendo un importante apoyo técnico al Fondo durante el desempeño de su decisiva tarea de garantizar los costos de conservación de los cultivos alimentarios más importantes del mundo.»

El Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos se creó por iniciativa conjunta de la FAO y el IPGRI, en beneficio de los Centros Future Harvest y del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI).

El Fondo es un elemento de la estrategia de financiación del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, que entró en vigor el 29 de junio de 2004.

FAO

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