Las buenas noticias son que hoy se conoce mejor que nunca la diversidad de los animales domésticos de granja. En el último decenio la FAO ha contribuido a la recopilación de información de unos 180 países de las aproximadamente 6 500 variedades de mamíferos y aves domésticos: ganado bovino, cabras, ovejas, búfalos, yaks, cerdos, caballos, conejos, pollos, pavos, patos, gansos, pichones, incluso avestruces. Las malas noticias son que según el último análisis de la FAO de esa información, por lo menos una tercera parte de las especies domésticas de las que se cuenta con datos precisos sobre su población -un total de 1 350-, corre peligro de extinción; de 199 se ha confirmado oficialmente su extinción y hay otras 620 registradas en esta misma condición. Keith Hammond, encargado de Recursos Genéticos de los Animales de Granja, banco mundial de datos de la FAO, afirma: «Se trata de cifras precavidas. En los últimos cinco años el número de especies de mamíferos que corren peligro de extinción ha aumentado de 23 por ciento a 35 por ciento. La situación de las aves es todavía más grave, el porcentaje total de las que están en peligro de extinción ha aumentado de 51 por ciento en 1995 a 63 por ciento en 1999». WWL-DAD:3. El panorama cada vez más desfavorable de esas especies de animales de granja y, en consecuencia, de los agricultores que dependen de ellas, se describe con detalle en la tercera edición de la Lista mundial de vigilancia sobre la diversidad de los animales domésticos, publicación conjunta de la FAO y el PNUMA, que está por aparecer a fines de mes. Este título, conocido en la FAO como WWL-DAD:3, es un volumen de 726 páginas que ofrece un inventario pormenorizado de las especies domésticas mundiales y regionales, donde se destacan las que corren peligro de extinción. El documento señala que la biodiversidad está perdiéndose conforme las presiones demográficas y económicas aceleran el ritmo de los cambios en los sistemas agrícolas tradicionales.
FAO